El puente Duarte

 El puente Duarte

Con la apertura del puente Juan Pablo Duarte termina un verdadero dolor de cabeza en cuanto se refiere a dificultades de tránsito terrestre entre la capital y la zona oriental de la provincia Santo Domingo.

Se trata del desenlace de una reparación rodeada de múltiples traumas, que ha durado más tiempo de lo debido, que estuvo paralizada o marchando a paso de tortuga por caprichos de política.

Esta estructura ha quedado reconstruída y con una vida útil alargada después de todos los tropiezos que ya conocemos, y debe servir como lección de lo que no se debe hacer en materia de reconstrucción de obras.

Cuando se contrató la reparación del puente Duarte los costos no eran ni por asomo los que resultaron ser debido a la paralización de los trabajos y al hecho de que partes que habían sido reparadas se deterioraron debido a esa interrupción de los trabajos.

El resultado de todo eso ha sido no sólo la enorme tardanza en concluir estas reparaciones, tardanza que no es culpa de los contratistas sino del Estado, sino también las pérdidas económicas provocadas debido a que el entaponamiento del tránsito obliga a consumir más combustibles.

No ha sido tan simple como parar una obra para reanudarla después, pues en la transición entre uno y otro estado la situación de esa obra se convirtió en una fuga de dinero para todos.

La experiencia con el puente Duarte debe servirnos para mejorar el concepto que tenemos de la continuidad del Estado y para desterrar la visión politiquera en los asuntos de Estado.

Ahora se tiene planificado reparar el puente Francisco del Rosario Sánchez (de la 17) y nos hemos ocupado del Duarte para prevenir que no debe repetirse la historia en esta estructura tan importante para el desenvolvimiento del tránsito.

La historia de los tropiezos y dificultades enfrentados hasta llegar a la reapertura del puente Duarte no debe repetirse jamás.

El otro «puente»

El país ha entrado en el final de otra semana que enlaza inmediatamente con una festividad patriótica: la conmemoración de la Independencia.

Este enlace significa que ha de producirse un «puente» de asueto, que mantendrá fuera de las labores habituales a mucha gente que retornará el martes al trabajo.

Regularmente, los fines de semana «largos» inspiran a muchos para irse a campos y playas para disfrutar el asueto.

Conveniente sería que el disfrute de estos días de asueto se haga con la mayor prudencia, para bien de la familia y para retornar a las labores habituales libres de lamentaciones.

Mucha gente entiende que el disfrute exonera de precauciones y que la tragedia que sobrecogió a otro no puede ocurrirle a uno. Muchos, con ínfulas de protagonistas de la vida, olvidan que también son vulnerables.

A disfrutar este «puente» con prudencia, en sana paz.

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