El puente más emblemático de Portugal cumple
40 años

El puente más emblemático de Portugal cumple <BR>40 años

LISBOA, EFE.- El puente más emblemático de Portugal, “25 de Abril” por el que circulan cada día 150.000 vehículos entre la capital y la margen sur del río Tajo, cumplió  40 años en un lugar aún destacado entre los mayores y más fotogénicos del mundo. 

Cuando fue construido en 1966, como un símbolo de progreso bajo la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, el puente, de 3.222 metros de longitud, era el quinto más grande del mundo y hoy aún conserva el puesto 17 entre las mayores obras de ese tipo de ingeniería.

En su zona media está a 70 metros de altura sobre las aguas del Tajo, en las que se hunden a más de 30 metros de profundidad los dos grandes juegos de pilares que se alzan 190 metros sobre el agua y lo sostienen en la parte central.

Convertido en uno de los símbolos de Lisboa y un motivo habitual de las postales de la ciudad, cambió su nombre original de puente Salazar –en honor del hombre que gobernó el país entre 1926 y 1970– por el de 25 de Abril con la llegada de la revolución de los Claveles en 1974.

 Cuando Salazar lo inauguró, en una ceremonia a la que asistieron 12.000 personas, apenas cruzaban el puente, que costó el equivalente a 10.7 millones de euros, un promedio de 3.500 vehículos diarios, los cuales se habían multiplicado por diez cuando se levantaron en armas los capitanes de abril.

La primera obra importante de ampliación del puente no se realizó hasta 1990, pero en los siguientes diez años fue objeto de varias ampliaciones y aún así hubo que construir otro puente mayor, el Vasco de Gama, varios kilómetros curso arriba.

El aumento del tráfico rodado y el crecimiento de la población que diariamente acudía a trabajar a Lisboa desde las localidades de la margen sur del Tajo colapsaban el puente hasta que con la Exposición Internacional de Lisboa fue inaugurado, en 1998, el Vasco de Gama, de 17,2 kilómetros de longitud y el más largo de Europa.

Un año después se incorporó una vía férrea al 25 de Abril debajo de su calzada principal lo que incrementó aún más sus ya valiosos servicios a la capital.

Y pese al refuerzo de las comunicaciones con Lisboa que supuso el Vasco de Gama, el histórico puente sigue siendo hoy en día una arteria fundamental para quienes entran y salen cada día de la capital y una de las rutas favoritas de los lisboetas que acuden el fin de semana a las playas.

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