El puerto, el Ozama y la competitividad

El puerto, el Ozama y la competitividad

El puerto de Santo Domingo sufrió altibajos, como el resto de la ciudad durante toda su Historia: puerto principal de la ciudad ovandina fue objeto de saqueos, despoblación y perdió supremacía en el siglo XIX. La primera intervención US en el país revirtió esa situación, en particular con la administración de sus aduanas. En esos años, el puerto estaba formado por un antiquísimo pequeño muelle dentro del estuario, a continuación del fuerte de San Diego, de las Atarazanas y del mercado de Santa Bárbara (cerca del antiguo mercado de esclavos).

Horacio Vásquez trató de construir un nuevo puerto; se consultó al gobierno francés, que encargó al ingeniero Etienne Morrell los estudios, pero éste concluyó que era imposible. Finalmente fue al Ing. Félix Benitez Rexach de Puerto Rico quien hizo el puerto nuevo.

Inicio las obras con su dinero propio y se dice que el caudillo logró que se rebajaran ocho millones de pesos al costo total de la obra. La reconstrucción y modernización del puerto, aduanas, avenida ganada al mar, rompeolas de ambos lados del río Ozama, playa de Tordecillas y dragado del puerto, en la era del Generalísimo Trujillo (9 de mayo de 1935) con las anexas, constituyen las obras más imponentes e importantes de nuestra memoria histórica y de la ingeniería civil del país, ya que la reconstrucción de ciudad Trujillo representó una hazaña única en la historia del pueblo dominicano.

Trujillo pensó reconstruir un puerto que permitiera transformar Santo Domingo en un importante punto comercial en el Caribe, que se abría al comercio internacional en esos años con la inauguración reciente del Canal de Panamá.

Trujillo no escatimó esfuerzos ni recursos para la entrada de barcos y barcazas de gran calado en el puerto. Esas obras representaron una costosísima inversión que soportó el pueblo dominicano culminando con la construcción de la muralla que protegía la vieja y colonial fortaleza Ozama, prevenía derrumbes posibles, protegía la Fortaleza Ozama porque, no lo dudamos, el Ing. Benítez Rexach se recordó de aquel tsunami que hundió el acorazado Memphis, frente al Placer de los Estudios, en 1916.

Esas obras, en su tiempo, aseguraron la competitividad del puerto de Santo Domingo en la fachada caribeña mientras La Habana era el puerto que competía en la fachada norte. Con el tiempo, esa competitividad se tambaleó, no por culpa de los barrios pobres en el Ozama, sino por la falta de visión de los gobernantes.

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