Las expectativas aumentaron rápidamente hace 11 meses, cuando los Astros adquirieron al receptor veterano Brian McCann y firmaron al jardinero veterano Josh Reddick.
Otro veterano, el puertorriqueño Carlos Beltrán, se integró al club poco después y un club de Houston con un gran potencial lleno de excelentes jóvenes se perfilaba como una potencia en las Grandes Ligas.
Los Astros arrancaron con foja de 42-16 y para el final de mayo estaban en la cima de la División Oeste de la Liga Americana por 10 juegos, ventaja que nunca dejaron ir. Durante todo el verano, Houston tuvo que batallar tras una ola de lesiones en sus piezas claves — en un momento de la campaña, cada uno de sus cinco abridores pasaron a la lista de incapacitados — y tuvieron que superar un devastador huracán a finales de agosto antes de que un canje para adquirir a Justin Verlander el 31 de agosto les diera un giro a las cosas.
Un septiembre para el recuerdo los llevó a un excelente octubre que todavía continúa. Los Astros disputarán la Serie Mundial después de superar el sábado a los Yankees 4-0 en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Cuatro años después de sufrir 111 derrotas — la peor foja en la historia de la franquicia y el punto más bajo en un proceso de reconstrucción bajo el gerente general Jeff Luhnow — los Astros están a cuatro victorias de conquistar su primer título de Serie Mundial. El Juego 1 del Clásico de Otoño será el martes contra los Dodgers en Los Angeles.
Reddick, Beltrán y McCann eran las piezas que faltaban para complementar un núcleo con bastante talento que incluye al venezolano José Altuve, el boricua Carlos Correra, George Springer, Dallas Keuckel y Chris Devenski. Los Astros tuvieron que demostrar su profundidad cuando fueron afligidos por las dolencias a mediados de la campaña, pero nunca dejaron de creer en sí mismos.

Para Keuchel, Altuve, Brad Peacock y el también venezolano Marwin González — los cuatro restantes del grupo que perdió 111 partidos en el 2013 — ahora es más gratificante el ardor en los ojos de la champaña y el desgaste del cuerpo que surge tras jugar béisbol desde mediados de febrero.
«Después de las temporadas del 2012 y 2013, la verdad nunca pensé que iba a ser parte de algo como esto», dijo Keuchel.
Ahora se preparan para su gran Serie Mundial contra los Dodgers.