El quid del asunto

El quid del asunto

En este país los accidentes de tránsito matan y mutilan gente todo el año,  provocan orfandad, luto, pérdidas económicas y constituyen un delicado problema de salud pública. En eso de no dar tregua no se diferencian de la delincuencia y la criminalidad.

Sin embargo, a las autoridades solo parece preocuparles este grave problema de salud dos veces al año: Navidad y Semana Santa, pues son las únicas épocas en que se realizan operativos y se insiste y exagera en la prevención, como si el resto del año las cosas fueran menos preocupantes.

 Basta decir que de enero a octubre del presente año los accidentes de tránsito provocaron la muerte a 1,208 personas y causaron lesiones permanentes a otras 972. Son estadísticas aportadas por  la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, directora del Seguro Nacional de Salud (SENASA), al dejar iniciada una campaña de orientación y prevención en materia de tránsito para el período navideño, de características similares a la desarrollada en Semana Santa.

¿Pero cuánta prevención tuvimos desde que terminó la Navidad del 2006 hasta Semana Santa de este año, y de ahí hasta noviembre? Ahí está el quid del asunto.

Prestigio

El prestigio es una virtud que se construye en base a esfuerzo permanente por la excelencia en el trabajo.

La firma de abogados Pellerano & Herrera lleva 55 años practicando con notable éxito este ejercicio.

La agencia británica Chambers and Partners así lo testifica al declararla la firma de abogados del 2007 para Centroamérica y el Caribe.

También lo testifican sus clientes y relacionados satisfechos, aquí y en el exterior.

Ha sido un importante medio para la canalización y promoción de  inversión extranjera hacia la República Dominicana.

 Su trabajo ha sido fuente de prestigio para esa firma y para el país.

Congratulaciones en su 55 aniversario.

 Dolorosa pérdida

Con el fallecimiento del ingeniero José María Vicini Cabral, miembro destacado del Grupo Vicini, el país ve partir a un empresario que hizo valiosos  aportes técnicos a los procesos industriales locales, fundamentalmente en la producción azucarera.

Su mayor influencia la ejerció en la modernización de la producción azucarera, cuando se ocupó de los ingenios propiedad de su familia.

Vicini Cabral nació en Santiago el 14 de septiembre de 1926. Era hijo de los esposos Felipe Vicini Perdomo y Amelia Cabral Bermúdez.

Se graduó de ingeniero en 1948 en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, y a partir de entonces se incorporó a los negocios de su familia, encargándose de la producción de los ingenios Colón, Angelina y Caei.

En 1978 dirigió la construcción del Ingenio Cristóbal Colón. Fue  presidente del Consorcio Azucarero de Empresas Industriales, Compañía Anónima de Inversiones Inmobiliarias, Cristóbal Colón C x A, Mercantil Santo Domingo y Empresas Dominicanas C x A.

 Le sobreviven su esposa Mari Elena Pérez de Vicini; sus hijos José Leopoldo y Marco Antonio Vicini Pérez; su hermano Juan Bautista Vicini Cabral y sus sobrinos Amelia, Felipe y Juan Vicini Lluberes.

 Paz a sus restos.

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