El quiebre histórico del PLD

El quiebre histórico del PLD

El título de este artículo proviene de una reflexión del dirigente del PLD Gedeón Santos, publicada este martes 4 de enero en el “Listín Diario”, y cuyo contenido atañe a toda la sociedad dominicana. Gedeón Santos es un dirigente de larga data del partido oficial, y su militancia combativa y señera en la corriente danilista es lo suficientemente conocida como para que yo la reseñe. Lo destacable, sin embargo, es que el danilismo, que no es un pensamiento ni nada parecido, sino una pragmática que se exime de todo principio ético o religioso en aras de lograr sus objetivos; tenía en Gedeón Santos la figura del único teórico preocupado por los viejos ideales sobre los cuales se empinó Juan Bosch para fundar un partido de nuevo tipo. Y lo pagó bien caro. En la coyuntura de la vocación de eternidad de Danilo Medina, y su intento de modificar la Constitución en dos períodos consecutivos para reelegirse, Gedeón escribió un artículo cuestionador, situando la larga tradición autoritaria deformadora del aparato institucional que el continuismo había desencadenado en la historia. Pese a su alta prosapia danilista, Danilo Medina lo canceló sin piedad.
La síntesis de ese “quiebre histórico del peledeismo” se podría resumir en varias caídas memorables del prístino ideal que los forjó: 1) El PLD es un “partido franquicia”, una corporación abierta a los rentistas, al narco, y a los poderes extranjeros. 2) Perdió toda idea de la decencia, y todo el esfuerzo subliminal que no se rendía ante el pragmatismo y el dinero. 3) Es un partido en el que impera la transacción y el comercio: Sus dirigentes reales son “concesionarios” de la organización. 4) El control de la organización política que fundara Juan Bosch está ahora en manos de rentistas sin formación, sin visión, y sin sentido de la historia; dejando indefensos y a merced del dinero y del poder a los sectores más sanos que nos dieron origen. Y, 5) El PLD ha dejado de existir, claudicó en sus principios, perdió su esencia y su trayectoria histórica.
Lo que escribe Gedeón Santos va más allá de todo cuanto se había teorizado respecto del cambio de naturaleza política del PLD. Muchas de las reflexiones que me han ocupado en los últimos tiempos coinciden con sus juicios. Ver mi libro “Juan Bosch, moralista problemático, y otros ensayos”), pero proviniendo de un teórico que, en cierta forma dio fundamentos ideológicos al modelo de gobernanza peledeísta, es casi la confesión desencuadernada de un decepcionado. Incluso él emplea ciertas categorías que yo he sustentado en numerosos artículos para entender lo que está ocurriendo. Una de ellas, la de Rentista, se la había aplicado yo al candidato presidencial del PLD, Gonzalo Castillo. Luego de que Danilo Medina no pudiera imponer la reelección, echó manos de un rentista incapaz que lo sustituyó como sacado del sombrero de un mago. Y Gedeón no se atreve a decirlo, pero todo su artículo tiene como telón de fondo a ese candidato cuya realidad se puede leer como un desprecio hacia la experiencia y el conocimiento de los políticos formales dentro del PLD. Para quienes no lo hayan advertido, Gonzalo Castillo es una anomalía y una apoteosis del rentismo que penetró tímidamente desde los gobiernos de Leonel Fernández, y que en los gobiernos de Danilo Medina hizo de la corrupción una política deEstado.
Y eso es lo peligroso de la derivación que el ejercicio del poder en los gobiernos del PLD ha sembrado. Porque el rentismo produce también la hipercorrupción y la adulación, requiriendo de control total de las instituciones públicas, y en los grados de mayor miseria espiritual se empina sobre la jerga despótica. Celebremos este artículo de Gedeón Santos como una catarsis personal, porque en el caso de un dirigente político como él todo lo personal es político.

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