Lo que está sucediendo en el seno de las Aguilas Cibaeñas es parecido a lo que sucede con los partidos políticos del sistema.

La lucha por el poder, algo que se admite como lógico y válido.

Los cibaeños tienen un gran líder en Winston Llenas, pero ese conjunto tiene en su filas a Juachy Sánchez, el hombre responsable de generar los recursos, y ese renglón lo ha llenado exitosamente, tan exitoso que lo convirtió en el nuevo líder del combinado mamey.

En las últimas ocho temporadas, seis bajo el mandato de Chilote Llenas y las otras dos de Quilvio Verás, las Aguilas no han podido ganar, y ahí está el detalle, los equipos cuando ganan, no se parecen a cuando están perdiendo.

Juanchy ha puesto su empeño en que las Aguilas tomen el camino del triunfo, buscando el dinero, se lo pone en manos de sus directivos para que ganen, pero por diversa razones no han podido lograr ese objetivo.

Las Aguilas no pueden esperar más sin ganar, a las Estrellas quizás le luce, pero no a los aguerridos cibaeños

En ese interin, que los cibaeños han estado fuera del éxito, repito tienen ocho años «sin ver a linda», lo que ha provocado situaciones enojosas, están desesperados y el que se desespera fracasa, dijo un gran líder asiático.

Durante estos años han salido de figuras emblemáticas, han cambiado dirigentes, coachs, personal administrativo, directivas completas, jóvenes por viejos, viejos por jóvenes, buscando la cima.

Ahora se presenta que un nuevo grupo quiere tomar las riendas del combinado y en ese camino comienzan a buscar culpables, y hasta se ha mencionado al hombre del dinero Juanchy Sánchez.

Resulta que Sánchez, por su forma cordial de accionar, no es ningún pendejo, aunque lo quieran ver así, él tiene el 40 % de las acciones, y prácticamente tiene a las Aguilas agarra por el «pichirri».

En pocas palabras, hay que contar con él y sus acciones.