El RD-CAFTA traerá beneficios a la región

El RD-CAFTA traerá beneficios a la región

POR FAUSTO ADAMES
La ratificación y entrada en vigencia del DR-CAFTA, el acuerdo de libre comercio negociado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y la República Dominicana (RD) con los Estados Unidos, es un evento de trascendental importancia para estos países, especialmente por el impacto que puede tener en su futuro económico.

La importancia radica no sólo en que los Estados Unidos es el socio comercial más importante de estas naciones, sino, además, en que el tratado tiene el potencial de aumentar el comercio y la inversión en la región, lo que a su vez es clave para elevar el crecimiento económico y mejorar el bienestar de la población de Centroamérica y la RD, incluyendo aquellas personas que viven en la pobreza, de acuerdo con un informe del Banco Mundial.

El estudio elaborado por el organismo multilateral, llamado “DR-CAFTA, Desafíos y Oportunidades para Centroamérica”, redactado por los economistas C. Felipe Jaramillo y Daniel Ledermane, se basa en diferentes enfoques y metodologías para llegar a la conclusión de que el RD-CAFTA tiene probabilidades de mejorar los niveles de crecimiento de los países participantes de Centroamérica y la RD, debido a los efectos positivos que se esperan en materia de expansión de comercio y de inversión.

INCREMENTO DE LOS NIVELES DE COMERCIO

Los mayores niveles de comercio esperados se deben a la eliminación de prácticamente todas las barreras comerciales entre las partes, consolidando (y expandiendo en algunos casos) el acceso preferencial al mercado de Estados Unidos, del cual los países centroamericanos han gozado, a través del programa Iniciativa para la Cuenca del Caribe (CBI, por sus siglas en inglés).

La ratificación del tratado debería aumentar los niveles de inversión (extranjera y nacional), al mejorar la certeza de acceso de estos países a los mercados de los Estados Unidos, asegurar las reformas económicas de años recientes y promover reformas adicionales.

Según el estudio hecho por los economistas jefes del organismo para América Latina, los inversionistas deberían responder de forma positiva a la modernización de regulaciones claves en áreas tales como servicios, compras gubernamentales y derechos de propiedad intelectual, así como en los compromisos que obligan a aumentar la transparencia en el manejo de las regulaciones.

A su vez, el análisis acerca de los beneficios del comercio sugiere que, como se ha encontrado en otros acuerdos comerciales, estos beneficios dependerán de la capacidad de las economías centroamericanas de facilitar exitosamente los cambios que dichos acuerdos desencadenarán y de enfrentar con eficacia la reestructuración consecuente de la economía.

Por lo tanto, la magnitud de los beneficios del RD-CAFTA dependerá críticamente de la capacidad de las economías centroamericanas, de poner en marcha una agenda de políticas complementarias, ya que no es muy factible que el acuerdo por sí solo pueda aumentar permanentemente el dinamismo de la economía sin esfuerzos paralelos en áreas como la facilitación del comercio (por ejemplo: puertos, carreteras, aduanas), el fortalecimiento institucional y del marco regulatorio, y las políticas de innovación y educación.

El análisis demuestra que la mayor parte de la población de Centroamérica mejorará su bienestar, incluso, en el corto plazo, a raíz de la implementación del RD-CAFTA. A su vez, la eliminación de las barreras comerciales en productos agrícolas sensibles podría afectar de forma adversa a una minoría de la población.

Aunque habrá provisiones en el RD-CAFTA que permitirán plazos largos para la reducción de aranceles de los productos más sensibles, es posible que sea necesario diseñar programas de apoyo especiales.

 Asimismo, se requerirán inversiones selectivas en educación, infraestructura rural y asistencia técnica para asegurar que los pobres en las zonas rurales aprovechen de lleno las nuevas oportunidades que surgirán del RD-CAFTA.

¿ES EL RD-CAFTA EL FINAL DEL CAMINO?

Los países centroamericanos han implementado una amplia gama de reformas comerciales unilaterales y regionales desde finales de los ochenta. Se han rebajado los impuestos al comercio y la mayoría de las barreras no-tarifarias han sido eliminadas. Los acuerdos regionales se han revitalizado y los países han buscado la expansión de mercados para sus productos, mediante negociaciones de acuerdos bilaterales de libre comercio.

Sin embargo, estos importantes avances en la política comercial han traído consigo resultados económicos mixtos.

 Por un lado, los volúmenes de exportación han aumentado y ha ocurrido un cierto grado de diversificación, como lo demuestra la aparición de nuevos productos de exportación (tales como el gran crecimiento de exportaciones de textiles en la mayoría de los países y de productos de alta tecnología de Costa Rica).

A la misma vez, aunque el comercio ha aportado considerablemente al crecimiento de Centroamérica desde 1990, su impacto no ha sido suficiente para elevar los índices de desarrollo agregados y transformar las economías de estos países, así como para reducir rápidamente los índices de pobreza.

No cabe dudas que el RD-CAFTA es una oportunidad positiva que llega después de mas de década y media de la aplicación de reformas económicas en Centroamérica, particularmente en el área de comercio. Éste tratado ofrece una oportunidad crítica para potenciar procesos de crecimiento económico jalonados por el comercio.

Los países tendrán que suplementar la implementación del RD-CAFTA con una agenda complementaria de políticas e inversiones, para responder a las restricciones y cuellos de botella más apremiantes, para poder así gozar de mejores resultados sociales y económicos de esta iniciativa.

En el tema de acceso a mercados, el RD-CAFTA consolidaría y expandiría el acceso que hoy gozan los productores centroamericanos en el mercado estadounidense, mientras extienden un acceso recíproco a los productos de Estados Unidos en los mercados centroamericanos.

Los beneficios que se ofrecen bajo la CBI estarían garantizados para los países centroamericanos y se obtendría un acceso adicional libre de impuestos para algunos bienes que anteriormente no gozaban de preferencias comerciales.

Otros resultados importantes incluirían la flexibilización de reglas de origen para los textiles, así como compromisos para ayudar a los productores a cumplir con los estándares sanitarios y fitosanitarios que se les exige para la entrada de algunas exportaciones agrícolas no tradicionales a los Estados Unidos.

El RD-CAFTA también incluye compromisos recíprocos de acceso a los mercados de servicios, consolidando las reformas internas responsables de permitir en la mayoría de estos mercados la participación privada, en años recientes.

Los compromisos incorporados en el RD-CAFTA eliminarían gradualmente los niveles actuales de protección en varios productos que han retenido un alto nivel de protección en años recientes.

 La caída gradual que se generaría en los precios de alimentos básicos será positiva para la gran mayoría de los centroamericanos, quienes son consumidores netos de dichos productos y cuyo bienestar aumentaría con el aumento en su poder adquisitivo.

Con esto en mente, cabe anotar que no todos los productos sensibles están incluidos entre los compromisos de desgravación y que estas excepciones -junto con algunas normas excesivamente restrictivas del acuerdo sobre las normas de origen para los productos textiles que entran a los Estados Unidos- representan barreras para el comercio que continuarán fomentando ciertas ineficiencias en la asignación de los recursos al interior de las economías, tanto en los Estados Unidos como en Centroamérica.

Con respecto a las reformas internas, los compromisos del RD-CAFTA prometen asegurar muchos de los cambios en políticas y normas implementados en años recientes, relacionados con la apertura de la competencia en sectores anteriormente protegidos (por ejemplo: telecomunicaciones, servicios financieros, energía) y la modernización de regulaciones y procedimientos claves en áreas tales como las compras gubernamentales, los derechos de propiedad intelectual y el trato de inversionistas extranjeros, al garantizar los niveles existentes de acceso de inversionistas (y licitadores) de otros países.

Costa Rica es el único país que tendrá que tramitar cambios significativos a su normativa para adaptarse a sus compromisos bajo el RD-CAFTA y permitir un mayor acceso a sus mercados de telecomunicaciones y seguros. Estas reformas se han pospuesto por largo tiempo y servirán para fomentar aún más la modernización, la eficiencia y la competitividad de estas áreas de la economía costarricense.

Además del fortalecimiento de reformas anteriores y el fomento de algunas nuevas, el tratado contiene compromisos para aumentar el nivel de cumplimiento de la legislación interna en varias áreas. Esto representa un desafío significativo en las áreas laboral, ambiental y de derechos de propiedad intelectual, el cual requerirá esfuerzos decisivos para modernizar e incrementar la capacidad de las entidades públicas relevantes. El impacto neto de estos esfuerzos deberá ser positivo, ya que los inversionistas tienden a buscar ambientes de alta calidad e instituciones eficaces.

 Sin embargo, aunque el RD-CAFTA ejercerá presión para la modernización de estas instituciones, éste no conducirá a la modernización por sí solo: se requerirán planes independientes y suficiente dedicación de capacidades y recursos nacionales.

El tratado incluye acuerdos de cooperación para elevar los estándares y los niveles de cumplimiento en áreas como la laboral, ambiental y de aduanas.

También ofrece propuestas para aumentar el desarrollo de la cooperación y la “construcción de capacidad comercial”, todo lo cual debe servir para movilizar los recursos humanos y financieros necesarios para echar a andar las reformas claves y las acciones institucionales necesarias para implementar el acuerdo y los desafíos más amplios del desarrollo.

Finalmente, un efecto secundario positivo de las negociaciones del RD-CAFTA ha sido la profundización de los esfuerzos de integración regional. La decisión de hacer que las provisiones del acuerdo también se apliquen multilateralmente entre los países centroamericanos, así como entre ellos y la República Dominicana, profundizará los esfuerzos de integración regional en la región y facilitarán la creación de una unión aduanera en la región.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas