Han pasado prácticamente 200 años desde el momento en que a comienzos del siglo XIX el inglés David Ricardo – quien sigue siendo el padre de la economía moderna – afirmaba, aunque el capitalismo apenas iniciaba su expansión a la fase de la gran industria, que el sistema habría de sufrir inevitablemente de crisis cíclica de la economía. El tristemente famoso sacerdote Thomas Malthus – padre del maltusianismo, digámoslo en minúscula – se lo rebatía afirmando que la dicotomía que surgía entre un crecimiento aritmético (1,2,3,4) de la economía y geométrico (1,2,4,8) de la población sería regulado mediante guerras, epidemias y el celibato. Ricardo murió en 1823 dos años antes de que en 1825 estallase la primera crisis cíclica del sistema. Desde entonces no ha parado y periódicamente se han llegado a producir cerca de 30 crisis, como promedio cada 3-5 años. Reagan logró forzar un crecimiento un poco más largo en los ochenta y después Clinton disfrutó del más largo período de auge gracias a la desaparición del socialismo europeo y soviético que brindó nuevos espacios de inversión. Cuando llegó G. W Bush comenzaba a proyectarse la situación de crisis, la que se profundizó con el impacto del 11 de Septiembre. Desde el 2008 el mundo sufre una terrible crisis de la que aún no escampa y de la que advierten pueden venir grandes tormentas.
En estos días CNN nos lo recuerda en un spot en pantalla con una frase de su economista sénior: las crisis siempre existirán.
Ciertamente, el efecto de la llamada globalización, entendida como mundialización de la economía con el surgimiento de nuevos actores, llamados emergentes, con China convirtiéndose en primera economía mundial, ha introducido nuevas variables con incidencia en el comportamiento del “ciclo”. Debido fundamentalmente al vigor de la demanda china, y en alguna medida de la India y otras naciones asiáticas, en América Latina se estuvo navegando sin tormenta en los primeros años de esta crisis pero la situación empezó a cambiar por la persistencia de la crisis – que el FMI dijo que podría durar diez años – y ya el 2014 no fue muy bueno y los pronósticos para el 2015 son peores.
Ahora el Economista Jefe del banco inglés HSBC, el tercero más importante del mundo por activos, advierte a sus clientes que la situación económica de las principales economías muestra escasez de mecanismos – falta de ‘munición política’, los rendimientos no han aumentado y el déficit presupuestario no está cayendo – para poder salir de la crisis y de que, por ende, esta aún podría recrudecerse. Estados Unidos, que se le veía con optimismo saliendo con fuerza de la crisis, tuvo un primer trimestre este año decepcionante y preocupante.
La CEPAL en su advertencia de contracción económica para la región destaca que en buena medida se debe al “éxito” que han alcanzado las economías desarrolladas en exportarnos su crisis. La próxima semana les comentaré los factores de riesgo y amenaza que nublan el horizonte.