UBI RIVAS
La única huelga que el suscrito tenga memoria que obtuvo los resultados originales se produjo en enero de 1962, cuando las dos principales fuerzas políticas del país, Unión Cívica Nacional y el 14 de Junio, obtuvieron la renuncia en la presidencia del Consejo de Estado, al doctor Joaquín Balaguer.

El etnarca de Navarrete presidía un gobierno colegiado sin un partido que le sustentase, porque el Partido Dominicano, esperpento político creado por el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, ya era, junto a su mentor, un cadáver.

Ninguna huelga post esa ha obtenido los resultados perseguidos por sus convocantes y lo que sí es que todas se han traducido en retraso y boicot a las fuerzas productivas de la sociedad dominicana.

La convocada por el llamado Foro Social Alternativo (FSA) el dos del presente mes de octubre, no fue total, en primer lugar, aunque sí en un gran porciento, ni mucho menos, logró al día siguiente concretizar el catálogo de exigencias, que sin ellas, el presidente Leonel Fernández es el primero que anhela conducirlas al beneficio nacional.

No de otra manera podría actuar y pensar el gobernante cuando aspira continuar en el poder en las elecciones de mayo 16 del 2008, y lo que dista entre lo deseado y lo concretizado, es primero recursos y luego, tiempo.

Conforme a un experticio elaborado por economistas del Banco Central divulgando el día tres del presente mes, cada día de huelga representa un revés para la producción nacional de RD$3 mil millones, y alguien debe de pagar por ello.

El país, más que nunca hoy, requiere no solamente producir bienes de consumo para el mercado doméstico y exportar, sino enmarcado en el nuevo reto que se llama competitividad, y eso no se obtiene con huelgas.

Con un petróleo a US$80 el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York o NY MEX (octubre dos/07), lo correcto es que todos, inclusive el llamado FSA, nos involucremos en recetas efectivas para superar o de cualquier manera, aliviar, el gasto de importar hidrocarburos que este año alcanzará la manicomial suma de US$80 mil millones, o unos US$5 mil millones diarios por 60 mil barriles de petróleo y derivados importados también diarios.

Todos a una, contra el villano superlativo de este momento que es la factura petrolera que socava nuestra economía, es decir, Participación Ciudadana, que tanto jode y nunca planea la solución de uno solo de sus requerimientos; las organizaciones religiosas, sobre todo, la católica, que tanto quiere, pide y tiene; Institucionalidad y Justicia, es decir, toda la caterva de ONG que medran de los bolsillos del contribuyente como rémoras impenitentes y eternas.

Todos contra uno, como los personajes de Alejandro Dumas en Los Tres Mosqueteros, contra el azote que diezma nuestra economía, y procurar proyectos alternativos con Israel, España, Japón, Alemania, Reino Unido, Holanda, USA, China, Rusia, Taiwán, y que lo ejecuten ellos y vendan la energía eólica, solar, de olas y se constituyan en nuevas EGE Haina, Palamara, Smith & Enron, que quiebren el monopolio odioso de las EDES, ineficientes, monopólicas, traumáticas, abusivas.

Esa es la agenda que debe involucrarnos e imbuírnos a todos, no la necedad de una huelga, que debiera derivar, por el bien del país, a paros, los domingos, una marcha, dos horas, en todo el país coordinado si se quiere, pero que no saboteé la economía nacional que urge de impulsos, no de atajos.

Porque con el método implementado hasta ahora, todos perdemos, principiando por los convocantes al desastre económico nacional que es una huelga, que nada resuelve, que todo lo trastorna, paraliza, frustra, pero ¡ahh! Antes de concluir solo ocho heridos, 30 detenidos, es una prueba fehaciente de profesionalidad de las FF.AA. y la PN, los auténticos ganadores de esta huelga que el país anhela sea la última con ese diseño y se derive, repito, a paros, los domingos, dos horas, y es más que suficiente.