El refinado, nuevo problema para el mercado petrolero

El refinado, nuevo problema para el mercado petrolero

PARIS (AFP).- La nueva subida de los precios del petróleo refleja en buena medida el embudo que representan las refinerías, un fenómeno bien identificado pero sin solución a la vista, según los expertos. Varias grandes refinerías se han visto afectadas esta semana por algunos incidentes que se han traducido inmediatamente en nuevos récords de precio: 61,26 dólares para el Brent en Londres y 62,50 dólares para el Light sweet crude en Nueva York.

El mercado está tan tenso, que cualquier interrupción de una refinería, aunque sea parcial, es sinónimo de escasez.

Y es que este problema estructural viene a sumarse a los que ya agitan cotidianamente al mercado petrolero: tensiones geopolíticas, subida inesperada de la demanda, especulación…, y que han provocado una espiral de los precios del barril, de más del doble desde principios del 2003.

El mercado se muestra si cabe más nervioso con las refinerías ahora que la «driving season» (las salidas de vacaciones en automóvil) está en su punto álgido en Estados Unidos, país que consume un cuarto del petróleo mundial, del que la mitad es en forma de carburante.

Los agentes se preparan también para la llegada del invierno en el hemisferio norte, gran consumidor de productos de calefacción.

Las refinerías que pueden trabajan a pleno rendimiento, sin lograr por el momento una producción capaz de tranquilizar a los operadores del mercado. Cada semana, estos escudriñan minuciosamente las estadísticas sobre las reservas de los productos petroleros en Estados Unidos, y su tenor da el tono de los intercambios.

Pero no son los únicos que están preocupados. En abril, el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, consideraba «preocupante» el estado de la capacidad mundial de refinado.

La tasa mundial de utilización de esta capacidad alcanzó el año pasado el índice récord de 89% y podría rozar el 90% en 2008, dejando augurar nuevas tensiones en los precios.

En junio, el saudí Ali Al Nuaimi, cuyo país es el mayor productor de petróleo del mundo, instó a los consumidores: «Empiecen a construir refinerías y así resolverán quizá la mitad del problema» de los altos precios.

Los expertos son de la misma opinión: «la industria mundial del refinado se encuentra en estado de subinversión crónica desde la crisis asiática» de 1998, constata Alastair Syme, analista de Merrill Lynch.

«Este impacto sobre la demanda ha minado la confianza de los industriales en las inversiones de base, aunque el aumento de la capacidad de refinado desde el inicio de la década sólo ha representado dos tercios del alza de la demanda de petróleo», lamenta.

Desde 1976, no se ha construido ninguna refinería nueva en Estados Unidos, reconoció recientemente el presidente George W. Bush, quien se ha comprometido en nombre del «futuro seguro en materia energética para América» a facilitar la expansión de las existentes.

Si los industriales se muestran tan reticentes a invertir a pesar de que muchos presentan resultados récord gracias a la subida de los precios, es sobre todo porque se han visto perjudicados por la fuerte volatilidad de los beneficios en este sector y por su «rentabilidad media bastante mediocre antes del 2003», señalan los autores del informe CyclOpe, especializado en la observación de los mercados mundiales.

Para Alastair Syme, es prematuro esperar que el sector se calme: «aunque haya sobre la mesa cierto número de proyectos para nuevos complejos o para aumentar los existentes, no se constatan muchos compromisos en términos financieros», subraya.

«Resolver este bloqueo clave en el circuito petrolero exigirá tiempo y dinero», concluye.

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