El relojito

El relojito

Cada vez que se han producido negociaciones entre los gobiernos y los médicos para realizar aumentos de salario, ha salido a relucir el requerimiento de cumplimiento de horarios y en algunos establecimientos se ha intentado iniciar el proceso con la exigencia de directores y encargados de personal para que los médicos firmen libros con registro de horas de entrada y salida. Más recientemente se ha tratado de implementar el uso de los relojes con tecnología para toma de huellas digitales o códigos numéricos.

Esos intentos han fracasado repetidamente porque se han ignorado los orígenes, desarrollo y evolución del ausentismo laboral en los hospitales. Por citar solamente un componente del fenómeno, el pluriempleo o necesidad de “redondear” un salario decente, motiva que algunos profesionales hagan un esfuerzo por concluir rápidamente su jornada hospitalaria para trasladarse a otros lugares a producir dinero complementario.

Sin embargo, el verdadero nudo gordiano que impide lograr cumplimiento de horarios es, precisamente, la metodología de contratación ilegal que han prohijado las autoridades  sanitarias de los últimos 20 años: No se realizan concursos de méritos, no se aplican las leyes para los cargos de carrera y se nombra personal por recomendaciones de partidos, por vínculos amistosos o familiares y compromisos electoreros, resultando que los “amigos y protegidos de los gobiernos” con tres, cuatro y hasta cinco empleos, no pueden multiplicarse para estar en varios lugares al mismo tiempo y piden a sus protectores que no los presionen con “ponchadera” de tarjeteros y relojes, ni con firmar libritos de asistencia, con lo cual los demás profesionales y empleados siguen su ejemplo aplicando el principio de que  “Jugamos todos o se rompen las barajas”.

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