El renacer del mosaico

El renacer del  mosaico

Muchas residencias antiguas evidencian el incalculable valor de que gozaba el mosaico. Tanto así que Jorge Aguayo, vicepresidente de Industrias Aguayo, afirma que el mosaico forma parte del patrimonio arquitectónico del país y de lo que sería la arquitectura criolla del siglo pasado.

Esa es la razón por la que la empresa exhibe una gran selección de mosaicos, incluyendo tres diseños de Cándido Bidó, de modo que el dominicano vuelva a ver el mosaico como esa opción viable de piso, tanto para espacios interiores y exteriores.

Destaca que además es el único piso que al paso del tiempo se pone más bonito, porque con el uso y trapeo normal sencillamente le va saliendo su brillo natural.

Aguayo explicó que el mosaico es completamente hecho a mano, “cada pieza se hace de manera individual, entonces nos interesamos por rescatar el mosaico y que vuelva a verse como una opción para los pisos de residencias, apartamentos, áreas de comercio, de playa, en fin, de todo lo que se pueda imaginar. Además de que se contemple otra vez como una obra de arte”.

De ahí surgió la idea de contactar a Cándido Bidó, “que es una persona muy ligada al arte, con la finalidad de que diseñara una línea creada por él, y así fue que pudimos lanzarla en octubre pasado, y ahora lo estamos promoviendo nuevamente en lo que llamamos la Primera Muestra Nacional del Mosaico”.

Además de las tres piezas de Bidó, la exhibición también cuenta con los mosaicos tradicionales de Industrias Aguayo y una línea nueva, diseñada por el norteamericano Todd Oldham, hecha exclusivamente para un cliente internacional.

Los diseños de Bidó forman parte de una edición limitada, por lo que se ofrecerá al público hasta octubre próximo, ocasión en que realizarán otros diseños con otro artista y una línea totalmente diferente. Las piezas tendrán un certificado de autenticidad firmado por Cándido Bidó e Industrias Aguayo, y parte de los fondos obtenidos por la venta de estas piezas serán destinados a la Plaza de la Cultura de Bonao, con la intención de promover la cultura y el arte en su ciudad natal.

Al destacar las muchas virtudes del producto, Aguayo dijo que el mosaico es el único piso que es totalmente personalizado, porque con solamente cambiarle los colores se ve una superficie totalmente diferente, “en nuestra página de internet tenemos lo que llamamos el Centro de Diseño Virtual, donde se puede elegir el piso y el color que desea con la ayuda de la carta de colores que tenemos”.

Los tamaños de los mosaicos oscilan entre 20 x 20, 25 x 25, 12 1/2 x 25, entre otros. Dentro de los pisos tradicionales que la empresa ha venido rescatando, se encuentran unos que datan de 1930, como es el caso del que han llamado Montecristi, como una forma de nombrarlos nuestros.

La muestra se realiza de manera simultánea en las tiendas de muebles y decoración Ilumel, Ilumel 2, Deco Country y Casa Von, en Santo Domingo; Altri Tempi, en Santo Domingo y Santiago, y Charo Decoraciones de Santiago.

[b]Un producto artesanal[/b]

Jorge Aguayo destacó que el mosaico es un producto prácticamente manual: se prepara en una placa de hierro que ha sido pulida, con el diseño que lleva el mosaico y luego que se llenan los huecos con color y se realiza el procedimiento correspondiente, se retira de la placa y al día siguiente se sumerge en agua para que se endurezca. 28 días más tarde estará listo para despacharse. La capa de color es bastante gruesa lo que asegura que el mosaico conserve su diseño con el paso del tiempo.

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