El reporte Lugano

El reporte Lugano

SERGIO SARITA VALDEZ
En asueto de fin de año resulta placentero y reconfortable para los amantes de la lectura variar la temática libresca devorando páginas alejadas de nuestro dominio intelectual a modo de diversificación tal y como hacen los agricultores cuando proceden a cambiar el tipo de cultivo a fin de evitar el desgaste o cansancio del terreno. Esta vez decidimos entretenernos con una especie de sátira-ficción futurista del mundo globalizado, cuyo título se lo hemos asignado al presente trabajo, escrito por Susan George, directora asociada del Instituto Transnacional.

La autora crea varios personajes entre los cuales se incluyen un antropólogo, ecologista, biólogo, demógrafo, economista, sociólogo, filósofo y político. Bajo una acción coordinada estos expertos preparan un informe del estado actual de la sociedad internacional ampliada con las sugerencias de lugar que permitan perpetuar el sistema unipolar dominante. Las premisas están claras, el crecimiento del mercado con el máximo de eficiencia y ganancia son las metas fundamentales del proyecto. El empleo y la satisfacción de las necesidades humanas son incidencias secundarias derivadas fortuitas de la dinámica neoliberal, es decir oferta, demanda y ganancia.

Basada en una economía de mercado libre, la doctrina del liberalismo hace un paralelismo con la prédica del evangelio de que «muchos serán los llamados y pocos los escogidos». Se trata de agregar valor al producto final utilizando cada vez menor cantidad de mano de obra, por ende abaratando los costos y aumentando los márgenes de beneficio. El sistema no puede funcionar sin una eterna competencia a muerte entre productos, firmas e individuos. Mientras menos firmas e individuos resulten ganadores en el negocio, mayor será la parte que les toca de la  repartición de toda la riqueza global.

Tanto en las naciones ricas como en las pobres habrá pequeños y selectos grupos favorecidos con los beneficios de las empresas, mientras que millones de seres humanos quedarán excluidos del reparto de las ganancias por los bienes elaborados. Son de estos marginados de donde saldrán los criminales, terroristas, asaltantes, delincuentes, violadores sexuales, drogadictos e inmigrantes ilegales.

Revelan en su informe los comisiones del Partido del trabajo que el futuro del planeta y la estabilidad de la sociedad de libre mercado dependen del impacto que puedan causarle las tres variables representadas por el consumo, la tecnología y la población. A mayor consumo per cápita tendremos un aumento en la contaminación ambiental por tóxicos y materiales de desperdicio. Mayor uso de la tecnología implica un incremento en el consumo de las reservas energéticas de la tierra. A medida que crece la población sin una sincronización con los índices de aumento en la producción de bienes y servicios tendremos mayores niveles de pobreza extrema e insalubridad en los sectores excluidos.

A medida que aumenta la brecha entre indigentes y potentados veremos crecer como la verdolaga los niveles de violencia, inseguridad ciudadana y proliferación de actividades ilícitas por lo que será necesario incrementar el número de policías, guardias, fiscales, jueces y cárceles a fin de poder atender el maremoto social que dicha inequidad genera.

Las alternativas que plantea la obra ante los retos tenebrosos a la vista lucen aterradores, sin embargo, un nuevo enfoque lógico, pragmático, comprometido e incluyente podría conducirnos por sendas más halagüeñas y promisorias para la humanidad.

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