El repunte en la atención al campo abre nuevos horizontes en el agro

El repunte en la atención al campo abre nuevos horizontes en el agro

Sin tener que descuidar la economía de servicios, que ha estado en auge y que sigue teniendo buenas perspectivas, el repunte experimentado en la atención al campo dominicano es un paso llamado a tener una gran incidencia en el desarrollo de la agropecuaria nacional.

El crecimiento de este sector, que está en marcha mediante una conjunción de voluntades y una nueva visión de progreso entre productores apoyados por el Gobierno, incluso es una garantía para la propia economía de servicios, principalmente en el turismo, mediante el abasto interno de productos alimenticios.

Estos productores han podido ahora estructurar bien su sistema productivo y ampliarlo, sin las limitaciones del pasado que les dificultaban calificar como sujetos de crédito para caer en manos de usureros, y la buena noticia es que cumplen fielmente con sus obligaciones, derrumbando la vieja teoría, tenida como cierta, de que los pobres son “malapaga”.

El financiamiento que desde hace tres años reciben directamente pequeños y mediados productores como fruto de las visitas sorpresas del presidente Danilo Medina a diferentes regiones de la geografía nacional, ha sido un factor clave para que la economía haya crecido un 4.4% con relación al 2013.

Estimulados por las nuevas señales, productores privados que cuentan con medios para obtener recursos propios, también han experimentado un renovado empuje, como se observó recientemente en el inicio de la cosecha de tomate industrial en la región Sur.

En la feria tomatera realizada por la Asociación de Fabricantes de Conservas del Agro (Afconagro), el Ministerio de Agricultura y un grupo de agroindustriales, entre los que figuraron Félix García y José Alfredo Corripio Alonso, se puso de manifiesto cómo se encaminan a metas de mayor expansión y sostenibilidad.

Además del aporte en sí a la economía nacional, este panorama es sumamente importante y tiene gran impacto social, porque miles de parceleros de la Reforma Agraria y cientos de productores se benefician de esta actividad, en una cadena comercial e industrial que garantiza más de 100 mil empleos fijos y móviles y que favorece a unas 500 mil personas de forma directa e indirecta.

En lugar de acogerse a un merecido descanso los fines de semana junto a su familia, Medina se dedica a visitar diferentes comunidades rurales, pobres y remotas, para constatar sobre el terreno sus necesidades y así poder suplir la falta de asistencia y de oportunidades que había llevado a productores pequeños a languidecer y bordear la bancarrota.

Un paso significativo es que como resultado de esta orientación, muchos microproductores han dejado atrás un sistema individual y particularista que les impedía crecer, una práctica miope que comienzan a superar para integrarse a asociaciones y cooperativas.

De esta forma, cumplen además con un requisito exigido por el gobernante, que una y otra vez les ha advertido, para que nadie se equivoque, que él no puede regalar el dinero que no es suyo y que, por tanto, los créditos tienen que ser honrados para que el programa pueda continuar.

Basado en los logros hasta ahora alcanzados, el presidente de la Asociación Dominicana de Hacendados y Agricultores, Ricardo Barceló, ha dicho que la agropecuaria está en buen repunte porque ha renacido la esperanza en los productores nacionales en sentido general, una opinión que comparte también Eric Rivero, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios.

Barceló está tan convencido de su planteamiento que volvió a tocar el tema en el acto en que los hacendados entregaron a Medina la tradicional medalla de honor al mérito, al afirmar que sus visitas sorpresa han provocado un sentimiento de esperanza, energía positiva, dinamismo y expectativa nunca antes visto en el área rural dominicana.

 

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