El rescate de Grecia y los presupuestos podrían dejar sin vacaciones a los diputados

El rescate de Grecia y los presupuestos podrían dejar sin vacaciones a los diputados

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, conversa con los diputados populares, Rafael Hernando y José Antonio Bermúdez de Castro, fuente externa

Atenas,  Grecia. Es un reproche común decir que los diputados disfrutan de larguísimas vacaciones y que trabajan poco. O que cuando van al Congreso dejan el hemiciclo vacío y sólo se sientan en su escaño para apretar el botón y votar. La crítica, que podría ser justificada en situaciones normales, no se sostiene últimamente.

La tranquilidad estival en el Congreso hace tiempo que pasó a la historia, pero este 2015 se va a llevar la palma. El mes de agosto se presenta incierto para las vacaciones de señorías, funcionarios y periodistas.

Julio, un mes que está fuera del calendario ordinario según el anticuado reglamento del Congreso, ya ha tenido dos semanas de pleno, con sesiones de más de trece horas y tediosas comisiones. Pero lo peor parece que puede llegar en agosto.

Mariano Rajoy quiere  antes de las elecciones de otoño y eso obliga a trastocar toda la agenda parlamentaria, acostumbrada a dormitar durante unas pocas semanas del verano.

A esta previsión se ha añadido la intención de Rajoy de someter  del Congreso el tercer rescate de Grecia, también durante el mes de agosto.

Abrir la Cámara baja ese mes tiene sus dificultades operativas por la falta de personal, pero lo peor es que el calendario de esas sesiones no está cerrado y las vacaciones no sólo de los diputados, sino también de muchos trabajadores, están en el aire.

Circulan muchas fechas y cada cual intenta acoplar como puede unos días de descanso. «Esto es de locos», reconocía esta semana una diputada del PP al hablar del nebuloso calendario parlamentario.

Sobre el papel, la previsión del Ejecutivo es que los presupuestos se aprueben en Consejo de Ministros el próximo 31 de julio, de forma que puedan llegar al Congreso la semana siguiente, posiblemente el 4 de agosto.

Ese día, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, entregaría las cuentas públicas al presidente del Congreso, Jesús Posada, y a continuación la Mesa de la Cámara calificaría el proyecto de presupuestos, dando así comienzo a su tramitación parlamentaria.

La idea es que ya en la tercera semana de agosto se produjeran las comparecencias de miembros del Gobierno para explicar las cuentas de sus respectivos departamentos y que en la última semana del mes se celebrara el debate de totalidad en pleno, posiblemente los días 25 y 26.

Rescate griego

Una planificación a la que ahora se ha añadido el deseo de Rajoy de aprobar el acuerdo de la UE con Grecia en el Congreso, pese a que no es obligado por ley aunque ya se ha hecho en anteriores rescates.

El Gobierno tampoco tiene fecha decidida para ese pleno, pero se baraja la segunda semana del mes, quizá el 12 de agosto, justo antes de una nueva reunión del Eurogrupo, para la que tampoco hay fecha.

A micrófono abierto la mayoría de los diputados se lo toman con filosofía, aunque en privado algunos admiten estar algo molestos, no por tener que ir a trabajar, sino por no saber a ciencia cierta cuándo les tocará acercarse a Madrid.

Teófilo de Luis, diputado del PP y secretario cuarto de la Mesa, reconoce que es un mes atípico pero recuerda que estamos en la recta final de la legislatura y queda trabajo por hacer.

Estoy encantado, este país se merece que hagamos un esfuerzo especial y que estemos operativos

Asegura que sus compañeros de partido comprenden que se trata de aprobar los presupuestos en beneficio de la recuperación económica y compara el Congreso con una empresa en la que surgen problemas y toca arrimar el hombro y quedarse sin vacaciones.

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