El respaldo del FMI al Gobierno

El respaldo del FMI al Gobierno

FABIO R.HERRERA-MINIÑO
La última revisión que ha realizado el FMI del avance del acuerdo existente con el país ha demostrado que las autoridades económicas dominicanas han cumplido cabalmente su parte y ese apoyo le ha permitido a los funcionarios políticos del Gobierno desviarse en algunos aspectos de su objetivo, que es ahora lo importante en las metas determinadas, es la búsqueda de una prolongación del PLD en el poder.

Las autoridades del FMI han reconocido el valor con que se han llevado a cabo las reformas y ajustes, que en agosto del 2004 parecían imposibles que se alcanzaran en tan corto plazo de menos de tres años.

El milagro dominicano se ha convertido en un hecho económico sin precedentes en el mundo financiero del continente, reflejándose en la tasa sostenida de crecimiento superior al 8%, mantener la inflación a niveles de un dígito. Pero lo más importante, estabilizar la tasa de cambio a un nivel que los críticos se mantienen vociferando que la misma es insostenible y falsa, que el peso está sobrevaluado y debía dejarse flotar, lo cual sí produciría un impacto adverso en la Nación, precursor de calamidades sociales y políticas. Entonces sí se estaría preparando el caldo de cultivo para que surgieran los posibles coroneles progresistas y chavistas que se quisieran casar con la gloria, para apuntalar la especulada denuncia de un conocido ex guerrillero de un posible golpe de Estado.

La economía dominicana, pese a todos los avatares, ha mantenido un alto ritmo de crecimiento, reflejado de cómo las importaciones de bienes se han incrementado y por igual las exportaciones, en especial por la bonanza del precio del ferroníquel en el mercado mundial, ha experimentado alzas como nunca antes, que junto con los ingresos de las remesas de los ausentes y una elevada afluencia de turistas permiten mantener un equilibrio en que ya no es un delito, o una odisea, obtener dólares para viajar, curarse en el exterior o pagar mercancías, cosa que antes solo era posible en las casas de cambio o con canjeadores callejeros.

El crecimiento de la economía, con el tenaz esfuerzo y rescate producido por la labor titánica de las autoridades monetarias y financieras, ha sido posible por el respaldo político que el Presidente de la República le ha brindado a sus colaboradores económicos, permitiendo que el país rectificara y resurgiera de su bancarrota, en que había caído debido a los graves errores e incapacidades de quienes gobernaron durante los primeros cuatro años del siglo XXI.

Cuando se recurrió al FMI se hizo con temor y hasta con muchas aprensiones de que se podría obedecer a las directrices, que se le iban a imponer al país, pero por el tenor de la aprobación brindada por el FMI a la última carta de revisión del acuerdo stand by, confirma que los esfuerzos económicos del equipo gubernamental y los sacrificios políticos de otras autoridades han dado sus frutos. Esto ha estimulado a que algunos funcionarios pregonen que en enero venidero, cuando vence el acuerdo, éste no debe renovarse, cosa que sería un suicidio político para la Nación, que nunca como antes experimenta un acelerado ritmo de las construcciones, en sus ventas de inmuebles y vehículos así como en el alto grado de confianza alcanzado a niveles internacionales.

El bienestar económico y el fortalecimiento de la misma ha significado una pérdida de popularidad del Presidente en relación con el elevado grado de aceptación que mantuvo hasta hace pocos meses. El esfuerzo para rescatar la economía valió la pena, pese a las consecuencias políticas negativas como es la percepción popular de que la economía familiar está muy mal para la mayoría; sin embargo nunca como antes hay tanta demanda de bienes y un esfuerzo de muchos sectores de elevarse en la escala social y económica que se destacan en las revistas sociales de los principales diarios nacionales.

El triunfo alcanzado por el país frente al FMI, gracias a su comportamiento tan estricto en sus metas económicas, lo coloca frente a un gran compromiso de sostener esa posición sin desviarse y sin caer en el gallo loquismo político que fácilmente revertiría el sendero de progreso que se transita. Y eso no es raro que se ocurra en desplazar las medidas que producen grandes beneficios, tirándola por la borda por consideraciones mezquinas de la política de las ambiciones. Entonces sufriría el país como un todo y se retrocedería institucionalmente, donde los demagogos y depredadores de otrora pudieran surgir como salvadores, para entonces hundir al país en un oscuro hoyo de la bancarrota y de la corrupción despiadada que pondría en peligro la estabilidad alabada por el FMI y por importantes organismos internacionales de financiamiento.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas