El respetable voto exterior

El respetable voto exterior

Existe una correlación a la criolla digna de admiración. El dominicano promedio que va a las diásporas sigue entrañablemente siendo de aquí, o no fuera República Dominicana un país de vanguardia en el envío de remesas por parte de sus nacionales, a su lugar de origen. Las últimas cifras equivalieron en moneda nacional a la mitad de todas las recaudaciones fiscales del período. Su vinculación patriótica, que tiene mucho de transferible, significa que dominicanos son también ad hoc y por herencia y orgullo muchos que habitan en ultramar como generación siguiente aunque no figuren en el padrón electoral. Sencillamente, son parte de la dominicanidad. EL derecho al voto de estos conciudadanos inscritos es de imprescindible cumplimiento o la captación de la voluntad popular sería incompleta aunque el resultado de las urnas fuera matemáticamente aceptable para los fines legales.

El dominicano que hace vida fuera, bastante sustraído de los pregones del populismo, la demagogia y la dadivosidad que pone a gente local a tomar decisiones superficiales a la hora de votar, está de ordinario colocado en una óptica alejada de la baratura moral de mucha presencia en los certámenes nacionales en los que, desde luego, vibran excepciones de políticos y aspirantes que actúan con dignidad y quieren ser honrados con funciones de poder sin haber utilizado la escalera del dinero ni la de los recursos del Estado.

La hospitalidad sigue en su lugar

La aviación comercial y la industria turística, cada una por su lado, están lanzadas a un resurgir post pandemia y harán ver pronto que viajar y hospedarse serán actividades esencialmente protegidas de transmisión de enfermedades. La reactivación económica da sus primeros pasos en Europa y otras naciones orígenes de viajeros hacia el trópico se proponen seguir por el mismo camino, aunque tome más tiempo.

Los activos fijos de la industria sin chimeneas dominicana recesan, pero sus estructuras no paran de crecer con inversionistas y gestores que creen en un mañana inmediato con planes excelentes de desarrollo para más y mejores ofertas. La belleza natural, el clima tan favorable a los disfrutes y la calidez del anfitrión local son realidades imperecederas. Seguirán como columnas excepcionales de la economía.

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