El respeto a la autoridad

El respeto a la autoridad

De acuerdo con la palabra de Dios, toda persona debe someterse a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Al menos, así lo establece el libro de Romanos, en la Biblia, capítulo 13,  en el versículo 1.

El presidente Danilo Medina es la máxima autoridad de la nación dominicana. Y hay que respetar su jerarquía y su autoridad porque han sido establecidas por Dios.

Dios permitió que se hicieran elecciones democráticas en mayo pasado. El pueblo dominicano votó y eligió libremente. Y si alguien está  molesto o  en desacuerdo con la popularidad o la gestión del presidente Medina, debe esperar hasta las próximas elecciones para emitir su voto y escoger las nuevas autoridades que Dios disponga. Que nadie cruce la luz en rojo.

Pero mientras tanto, hay que respetar las políticas del primer mandatario de la nación. Y más si las encuestas lo figuran con un alto nivel de popularidad.

Sus visitas sorpresas a los barrios y campos y sectores productivos necesitados de apoyo, le han sido de una gran ayuda. La firme decisión de renegociar el contrato con la empresa minera del oro  también contribuyó a aumentar la popularidad del primer mandatario.

En lugar de criticar y oponerse al primer mandatario y a sus políticas, hay que respaldarlo. Es el tiempo de Danilo Medina, al menos hasta que así lo establezca Dios y la Constitución dominicana.

La palabra de Dios dice claramente: De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste, y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”. (Romanos 13:2).

Incluso, la palabra de Dios va más allá. Y específica ha quién debemos obedecer. Y nos dice que debemos someternos a toda institución humana, ya sea al rey, como al superior. (1 Pedro 2:13)

Ciertamente, el Partido de la Liberación Dominicana puede ser  una fábrica de presidentes. El hecho de que surja otro presidente dentro de ese partido, y que haga las cosas bien, puede garantizar la continuidad de esa organización en los destinos de la nación dominicana por los próximos siguientes cuatrienios.

Mientras tanto, Dios nos habla que debemos orar por las autoridades y todo aquel que se encuentre  en eminencia. Y quien no lo hace de corazón, quien no honra a las autoridades puestas por Dios, a Dios mismo se opone. Lo mejor es honrar, pues, la autoridad.

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