Dedicado a José Ignacio Piña Rojas, embajador de México.

A México, en los últimos lustros, se le ve como un país caracterizado por un Estado débil, un Congreso totalmente dividido (paralizado desde 1994) imposibilitado de emprender reformas políticas, económicas; asimismo por una violencia creciente, como consecuencia de las bandas de narcotraficantes. Sin embargo, tras los trágicos titulares que conforman esa imagen, existe un México profundamente esperanzador, con una transformación social, política y económica, rápida y generalizada, configurada por una amplia política de libre comercio que busca la eliminación de una serie de barreras que militaban contra la competitividad. Además, una gran expansión de una prensa independiente y crítica que, virtualmente, apenas existía. En adición, en los últimos 3 ó 4 años, ha ocurrido un hecho poco notable, clave para el gran surgimiento de México: el retorno, de una manera creciente, de la manufactura a Estados Unidos y a México.

– La Revolución Tecnológica ha cambiado los ciclos de producción de 7 a 3 años. Antes, por ejemplo, un modelo de nevera era producida cada ocho años, pero el proceso productivo de la misma abarca tan solo tres años.

– Se ha creando las condiciones, con el big data, para lograr unidades más eficientes (desde obreros hasta consumidores). Estas unidades han posibilitado que el nivel de inventario se redujese a cuatro días. En tiempos anteriores eran de 20 días (principalmente, por la lejanía de China).

– Ha habido un desplome en los Estados Unidos del precio del gas a una tercera parte de su valor, lográndose así una industria manufacturera altamente competitiva. Este factor es, principalmente, importante porque el aumento de los precios del petróleo a altos niveles, en los últimos años, ha encarecido, notablemente el transporte a China.

– Un elemento positivo para México es que los costos laborales entre China y éste han ido convergiendo conforme pasan los años. En China, el salario subió de 25 centavos de dólares la hora, en 2002, a 1.86 en 2012, con una tasa de crecimiento sostenida de 10%. Sin embargo, los salarios en México se han estancado relativamente hasta llegar a 2.16 dólares la hora.

– Este último factor hace que México tenga una ventaja comparativa creciente para mandar productos a la zona oeste americana.

– Ha habido un aumento exponencial en la graduación de ingenieros y trabajadores graduados en escuelas técnicas.

Al disminuir, grandemente, su barrera a la competitividad, México ha aumentado 400% las exportaciones en los últimos 20 años hacia los dos mercados más ricos (900 millones de consumidores pudientes): Estados Unidos y la Mancomunidad Europea. Solo en los primeros nueve meses del año 2012 entraron 57 mil millones de dólares de ingresos externos para ser invertidos, exclusivamente, en bonos soberanos y en el mercado accionario mexicano, que ha roto todos los récords históricos.

El nuevo presidente Enrique Peña Nieto, a través de un acuerdo tripartita El Pacto de México, procedió a nombrar dos de los principales líderes de oposición en importantes posiciones de su gabinete, por primera vez en la historia, y está en el proceso de realizar una profunda reforma tributaria para modernizar un sistema tributario disfuncional e iniciar la reforma petrolera. Debido a este resurgimiento los principales analistas internacionales están poniendo a México al mismo nivel de Brasil.

Nuestro país tiene acceso, libre de tarifa, a los mismos países que México, y para lograr igual progreso, necesitamos:

– Reducir al mínimo las barreras de competitividad que hemos explicado en varios artículos anteriores.

– Modificar el modelo económico actual que está desbordadamente orientado hacia el consumo público y privado (que representa 91% del PBI dominicano vs. 73% en América Latina y 58% en Asia).

– Orientarnos más hacia la consecución de una estrategia que esté interrelacionada al corto, mediano y largo plazo, posición adoptada por los países que experimentan grandes crecimientos en un mundo donde prevalecen los Estados de libre comercio.