El resurgir de la isla El Tigre

El resurgir de la isla El Tigre

EFE. Reportajes. El otrora principal puerto del sur de Honduras, Amapala (Pacífico), está resurgiendo como uno de los principales sitios turísticos del país centroamericano, esfuerzo en el que contribuye la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID).

La ciudad puerto de Amapala, vocablo que en lengua indígena significa “Cerro de las serpientes”, aunque para otros también quiere decir “Cerca de los amates” o “Cerro de maíz”, es la comunidad más importante de la pequeña isla del Tigre, que fue refugio de piratas ingleses hacia mediados del siglo XVI, según apuntes históricos.

Origen. El nombre de la isla El Tigre, según sus pobladores, precisamente tiene su origen en el salvajismo y lo sanguinario que eran los piratas ingleses encabezados por Francis Drake, de quien se dice que dejó un tesoro en Amapala que todavía no ha sido encontrado.

Hasta finales de la década de 1970, Amapala fue el principal puerto de Honduras en el golfo de Fonseca, región del Pacífico que también comparten El Salvador y Nicaragua.

La decisión de Juan Alberto Melgar (1975-1978), quien fue jefe de Estado por decisión de los militares, de construir un moderno puerto en San Lorenzo, siempre en el golfo de Fonseca, acabó con la principal actividad económica de Amapala, que si bien tiene aguas muy profundas carecía de instalaciones portuarias adecuadas.

Esa situación obligaba a los barcos a fondear en alta mar y luego traspasar las mercancías a pequeñas embarcaciones para llevarlas a tierra firme y de ahí a su destino final.

En otro Gobierno de facto, el que encabezó Policarpo Paz (1978-1982), se intentó impulsar algunas actividades económicas alternativas en Amapala para que sus habitantes, que ahora suman cerca de 11,000, no dependieran solamente de la pesca artesanal y una agricultura de subsistencia.

Proyectos como la construcción de pequeños yates de lujo en Amapala, por ejemplo, fracasaron, y el viejo puerto, que está rodeado de abundante belleza natural, ante la falta de actividad económica y comercial, caminaba a convertirse en un pueblo fantasma.

Cooperación andaluza.  Ahora, Amapala, con el esfuerzo de sus habitantes y las autoridades locales, está resurgiendo a través del turismo, sector que tiene mucho futuro, según dijo a Efe Reportajes su alcalde, Santos Alberto Cruz.

“Somos un municipio que está resurgiendo, creando las condiciones necesarias para posicionarnos en un lugar ideal y poder atender turistas; el turismo es una alternativa que nos permite a todos tener mejores posibilidades económicas”, agregó.

Cruz recordó que cuando a Amapala le quitaron sus instalaciones portuarias la población quedó “postrada”. “Pero somos gente con tanto valor, con tanto entusiasmo, que hemos apostado a desarrollarnos por otras vías”, indicó Cruz, quien además resaltó la ayuda que desde hace unos pocos años viene brindando la Cooperación Andaluza, más nuevos ofrecimientos del Instituto Hondureño de Turismo a través de su titular, Nelly Jerez.

La ayuda española está teniendo “un impacto considerable en el municipio” de Amapala, según la coordinadora del Programa Cooperación con Honduras de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo (AACID), Monserrat Calviño.

En un reciente viaje a Amapala, Calviño junto a otros funcionarios de la AACID y al ex embajador de España en Tegucigalpa, Ignacio Rupérez, supervisó las obras que se impulsan en la zona, que consisten en la rehabilitación y ampliación del alcantarillado sanitario.

También se financia la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, la rehabilitación del antiguo edificio de la Aduana y la remodelación de dos parques, entre otras actividades.

Turismo

La idea de este proyecto es que los visitantes puedan pernoctar y comer en residencias particulares de los habitantes de Amapala, quienes además se caracterizan por ser muy hospitalarios.

La actividad no afectará a los pequeños hoteles que operan en Amapala.

Otros proyectos se orientan a mejorar los puestos de comida, restaurantes, playas y demás sitios de recreo alrededor de la isla del Tigre, que se puede recorrer a pie, en mototaxis, vehículos particulares, bicicleta o a caballo.

A partir de este año, quedó instituido un festival gastronómico a base de pescado, camarón, langosta, cangrejo, mejillones, calamar y otros moluscos locales conocidos como “curiles” y “cascos de burro”, todos extraídos del golfo de Fonseca, mientras que para el otro año se prevé establecer una competición de ciclismo nacional e internacional y otra de deportes acuáticos.

Amapala también ofrece al turista playas como El Carmen, El Cedro, La Mora, Punta Honda, Negra, Las Pelonas, Gualorita y Licona. Su casco histórico conserva antiguas casas de madera y calles empedradas, que contrastan con la verde vegetación alrededor de toda la isla del Tigre y el azul del cielo y las aguas del golfo de Fonseca. También se conservan algunas de las construcciones de madera y cemento que levantaron empresarios alemanes que vivieron en Amapala, hasta donde se llega por lancha en un recorrido de unos 15 minutos, a veces escoltados por pelícanos y gaviotas en vuelo, y pequeños peces saltarines.

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