El reto de recaudar RD$782 millones diarios

El reto de recaudar RD$782 millones diarios

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El estimado de presupuesto para la ley de Gastos Públicos del 2005 es un gran desafío a la capacidad de los técnicos recaudadores del gobierno, cuando se han propuesto una meta increíble, de casi duplicar lo que actualmente se recauda en los 22 días laborales del mes, que es de unos RD$450 millones de pesos, dependiendo del mes y sus recaudaciones. Ya por ejemplo, el pasado mes de octubre, no se alcanzó la meta de los RD$10 mil millones de pesos, lo cual representa una grave preocupación para el gobierno que de repente tiene que saber administrar adecuadamente esos recursos, aún cuando han logrado reducir en algo la nómina pública, pero no a los niveles que habían pautado de un 20%.

De ahí que hurgar para duplicar las recaudaciones diarias constituirá un gran desafío, que determinará si existe una gran evasión, o es que los impuestos son mal cobrados, o que nuestra tradicional indolencia impide afinar los sistemas de captación y se prefiere que existan escapes muy elevados, como lo que se denunciaron en Aduanas, cuando connotados importadores fueron puestos en la picota pública por sus sensibles evasiones fiscales.

El Presupuesto del 2005 se ha preparado bajo nuevos puntos de vista, distintos a los de la costumbre dominicana; se enfoca en los aspectos más de moda en cuanto al ataque de los problemas sociales, ya que la economía dominicana está reforzada de lleno a los servicios, representado por el turismo, remesas y zonas francas, y por tanto, requerirá por varios años un novedoso plan de compensación para las grandes mayorías, para evitar un colapso cívico y político, mucho peor a los que vemos que ocurre cotidianamente en Haití.

El Presupuesto, como tal, es una guía, y ningún gobierno lo ha utilizado como se ha elaborado, de ser un arma para el desarrollo; en las pasadas décadas solo hemos visto de como, por la peculiar centralización del presidencialismo con los poderes que le otorga la Constitución a los presidentes dominicanos, estos se ven con las manos llenas de dinero para gastar a su mejor albedrío, y en particular, atendiendo a sus intereses políticos, y más si están acariciando una reelección lejana todavía, dentro del esquema del providencialismo que arropa a los políticos, de creerse los imprescindibles y los super dotados.

Para el 2005 el gobierno peledeísta ha roto todos los esquemas presupuestarios tradicionales, y aún cuando hay muchas fuentes de recaudación en una nebulosa curiosa, al menos se han tenido la valentía de anunciar un proyecto de ley de gastos públicos muy atrevida y llena de imponderables, en momentos que la economía comienza a sacudirse de su letargo. Había caído en el marasmo de la administración perredeísta, cuando solo se hablaba de una tasa de cambio por encima del 50 por 1, o de índices de inflación superiores al 40% o de crecimiento por debajo de 1%.

Recaudar más de RD$17 mil millones de pesos mensuales, para el nivel de la economía dominicana, es un desafío, al menos que exista la seguridad y el convencimiento de que el alto grado de evasión es de tal naturaleza, e identificado, que con solo corregirlo en un 50%, se alcanzaría esas cifras, casi sin ningún sacrificio fiscal. Ahí se incluiría lo que se recibirá de endeudamiento externo, parte el cual proviene de lo que dejó la administración anterior sin utilizar. Podría aventurarse en predecir, que en el próximo año, habría nuevas aspiraciones de aumento a la carga fiscal con más impuestos, al momento que surjan nuevas presiones para satisfacer los requerimientos de un mayor nivel de gastos corrientes, que ahora devora más del 83% de los ingresos, dejando los gastos de capital en una mala posición para atender los requisitos mínimos para el desarrollo.

En la actualidad,las recaudaciones han experimentado un descenso, pese a la reforma fiscal de septiembre pasado. Y Cuando se creía que se alcanzarían niveles cercanos a los $12 mil millones de pesos mensuales, en octubre pasado, apenas se superaron los $9 mil millones de pesos, con lo que se rompió el comportamiento de los primeros nueve meses en que se recaudaban con cierta regularidad por encima de los $10 mil millones de pesos, pese al desastre que significó la administración anterior y ver como las garras de la corrupción se aprovechaban de esos recursos, que al ser pagados por miles de contribuyentes, nunca llegaron a contribuir al desarrollo, ni al bienestar colectivo de la población.

Si el gobierno del PLD alcanza la meta de los $206 mil y tantos millones de pesos de su flamante presupuesto, entonces estaremos en presencia de un milagro económico de envergadura. Y lo que ha comenzado con la restauración de la confianza, esa acción recaudadora de invertir en la gente, en el comer y en el pago de la onerosa deuda externa e interna, se convertiría en una aval para el futuro político del partido.

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