UBI RIVAS
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) enfrenta el más decisivo de todos sus retos hasta hoy desde que fue fundado por el profesor Juan Bosch en 1973, cuando a partir de agosto 16 próximo, estrene el dominio del Congreso Nacional con 22 senadores y 94 diputados, una nueva versión de lo que el presidente Bosch catalogó como la aplanadora.
El PLD, dos veces en el poder, 1986 y 2004, ejerció la primera administración con el presidente Leonel Fernández, que repite luego de un cuatrenio desastroso del presidente Hipólito Mejía, realmente gobernó a medias, porque un gobierno sin disponer de una mayoría congresional es un símil de un pleito entre uno amarrado y otro suelto.
Ahora es el gran chance del PLD demostrar al país que será diferente a los dos otros grandes (¿?) que interactúan para accionar el sistema político que conduce el destino nacional.
Es el planteamiento que enunciaron el día once de junio último tanto el presidente Fernández como el doctor Euclides Gutiérrez Félix, develizando un busto del maestro en el paraje El Pino, La Vega, en la casa campestre del histórico dirigente bochista Domingo de la Mota.
El presidente Fernández avanzó que a partir de agosto 16, introducirá al Congreso providencias institucionales trascendentes que conferirán certeza y garantía de estabilidad a los mecanismos básicos del Estado.
Cambios y transformaciones, precisó el gobernante, que requiere el momento histórico nacional, insertado de manera insoslayable en las coyunturas internacionales, dentro del contexto que definió como revolución democrática instaurada por un Congreso que responderá al clamor y la confianza de los munícipes que endosaron sus curules a sus representantes con la esperanza esta vez de no ser defraudados nuevamente, porque el país no resiste otra burla más.
Aseguró el estadista que centrará sus esfuerzos en reducir, no erradicar, la pobreza, a guarismos nimios, no el 66% que subyace en esa condición y el 22% en pobreza extrema, es decir, en indigencia, y superará definitivamente la tortura del déficit energético que atormenta a todos, a los pobres más, y desincentiva las inversiones tanto criollas como foráneas.
Cuando hablamos de un 66% que subvive en pobreza nos referimos a seis millones y un 22% en pobreza extrema es 1.8 millones, un abismo comparado con residencias opulentas en las ciudades, Casa de Campo y su ostentosa marina, profusión ofensiva de yipetas cuatro y cinco veces millonarias, un mundo detentando Wikipedia contra otro encharcado en lobregueces, alumbrado con jumiadoras y realizando sus necesidades fisiológicas en letrinas. Así, no se vale, compañerito de las bases.
Por su lado, para remachar la tesis presidencial, el dirigente superhistórico del PLD, doctor Euclides Gutiérrez Félix, expresó en su turno que el PLD no utilizará todo el poder que le confirió el pueblo en la consulta electoral de mayo 16 último para avasallar, atropellar, a los adversarios vencidos en la lid comicial, sino para impedir que se les insulte (al PLD), amenace, provoque, en el pleno uso de sus legítimas facultades de conducir al país por el sendero correcto y bienhechor que pautó el maestro del país y de América como fue el profesor Bosch.
Recalcó en una rememoración de su discurso ante los restos mortales del profesor Bosch, en la Casa Nacional del PLD, el doloroso noviembre 01-01, la promesa de no defraudar la conducta, el estilo de gobierno, los programas institucionales y de obras estructurales trascendentes, contrario a las fuerzas políticas que adversan al PLD.
Como se define en la jerga de los deportes donde la bola es el eje central de las emociones, la pelota está en la cancha del PLD, su gran reto para sí y para el país, recordando que a la tercera, es la vencida, y ya los otros dos grandes partidos fracasaron en sus promesas y proyectos con el pueblo.