El reto fiscal para el presidente Medina y el país

El reto fiscal para el presidente Medina y el país

El presidente Danilo Medina en su segundo mandato tiene muchos retos y promesas que cumplir, pero sin lugar el mayor de ellos, pues de este depende afrontar los otros, es lograr en un tiempo relativamente corto un Pacto Fiscal que garantice los recursos suficientes para cumplir con las metas de la Estrategia Nacional de Desarrollo y apuntalar la consolidación fiscal, vale decir reducir paulatinamente los niveles de deuda pública relacionados con el PIB.
República Dominicana y Guatemala son los países con menor presión tributaria de la región, nosotros con 14% del PIB, décimas más décimas menos, y Guatemala con 13%, mientras el promedio regional es de 21.3% del PIB con países como Brasil con 35.7% y Argentina con 31.2%.
La aritmética presupuestaria revela con sencillez que con 14% del PIB es imposible satisfacer tantas necesidades y una deuda social acumulada. Para este año los ingresos totales estimados para la Ley de Presupuesto ascenderán a 15.09% del PIB y en término del gasto, educación básica consume el 4% del PIB, la superior 0.2% del PIB, el pago de intereses de la deuda 3% del PIB, el subsidio eléctrico 1.0% del PIB, los aportes para reducir el déficit cuasi-fiscal 0.7% del PIB y si se agrega 1.8% del PIB para el sector salud, estamos en presencia de que solo cinco ítems consumen 10.7% del PIB, restando del ingreso total apenas 4.4% para la justicia, el Congreso, seguridad, todos los ministerios, sector descentralizado e inversión en infraestructura.
Lógicamente con ese nivel de gasto y la presión tributaria clavada en 14% del PIB es inevitable incurrir en un déficit público y si bien el Gobierno del presidente Danilo Medina ha realizado grandes esfuerzos para reducirlo, aun así rondará el 2.3% del PIB este año y quizás un poco más, lo cual equivale a un aumento de la deuda pública en RD$75,893 millones, si se logra la meta de déficit.
El ciudadano común que no maneja estos datos se que ja de exceso de gastos, nóminas superfluas, sueldos elevados, corrupción, como si con una varita mágica se pudiera eliminar esos factores y asumen que el problema de la baja presión tributaria no significa limitante alguna y están equivocados. Ningún país ha logrado dar el salto al desarrollo con un nivel de ingreso tributario tan bajo y por eso la END establece un aumento gradual de la presión tributaria hasta llegar al 26% del PIB en 2030, sin embargo seguimos estancados en el mismo 14% del PIB a pesar de varios parches tributarios desde el año 2000.
Es cierto que dentro de los retos del próximo Gobierno del presidente Medina será congelar la nómina pública, eliminar organismos inoperantes, fusionar instituciones que hacen la misma función, seguir profundizando, como lo ha estado haciendo, en materia de más transparencia y controles en las compras gubernamentales.
Pero eso no será suficiente, se requerirá de sacrificios de amplios sectores, desde los informales que no tributan hasta los más ricos que evaden, desde sectores productivos que no pagan por sus utilidades hasta los que disfrutan de exenciones sin que el nivel de empleo generado o el aporte al fisco lo justifique.
Si pretendemos una sociedad con menos nivel de delincuencia, si pretendemos una seguridad social universal con una adecuada red pública de salud, si queremos construir millares de soluciones habitacionales a los más pobres, ampliar la cobertura de agua potable y seguir sembrando el país de presas, autopistas, mejorar los caminos vecinales y solucionar de manera definitiva la crisis financiera del sector eléctrico es imprescindible ese Pacto Fiscal.
El Pacto Fiscal, que incluye una reforma global del sistema impositivo, una Ley de Responsabilidad Fiscal y la garantía de continuar mejorando la calidad del gasto y la ejecución presupuestaria por metas y desempeño, va a representar la garantía de la sostenibilidad fiscal, que representa uno de los puntales para preservar este clima de crecimiento con estabilidad que hemos disfrutado en todas las administraciones del PLD.

Este es el principal reto del próximo Gobierno de Danilo Medina, pero también de esta sociedad

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