Hoy 
Benjamín Netanyahu, Bibi, entre sus amigos, retornó a conducir el destino del Estado de Israel y la paz en el Cercano Oriente, al imponerse en las elecciones últimas de su partido Likud al líder del Laborista, Simón Peres.
Bibi se desempeñó como Primer Ministro del Estado de Israel (1996-99), y en un perfil periodístico de Hilay Appelman, de Prensa Asociada divulgado el 31-05-96, Bibi prometió expandir los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza y aseguró negar el futuro de Jerusalén con los palestinos y no devolver a Siria los Altos del Golán, capturado por el Tzahal en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Consumado y redomado extremista de derecha, Bibi reitera, consecuente con su obtusidad sicorrígida, que no reconocerá al Estado Palestino, sin lo cual no es posible viabilizar la paz en la convulsa región continuada por 61 años.
En su primera declaración pública, el flamante titular de Exteriores, remanente de Neandertal que es Aviador Lieberman expresó:
Israel no tiene que respetar los compromisos contraídos en Anápolis sobre la creación de un Estado Palestino, aludiendo a esa conferencia de 2007, referente a la cual el autor vaticinó su fracaso en tres entregas a HOY de fechas 27-11-07, 11-12-07 y 04-11-07, realizada en la Academia Naval USA entre el presidente George Busch Jr., el premier Ehud Olmert y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás. ¿Y para qué fueron y firmaron?
Lieberman especificó en la ocasión: Un solo documento que nos vincula y no es Anápolis ( ), sino la Hoja de Ruta, en alusión al más completo e importante documento para sellar la paz en el Cercano Oriente de la cosecha de Bush Jr. del 15-05-03, que este servidor posee completa.
Nada novedoso conducente a la paz entre judíos y palestinos podrá avizorarse en el segundo gobierno de Bibi, quien en declaraciones a Reuter del 02-06-96 categorizó: Israel y Estados Unidos son como una roca.
Cuando Washington, y nadie más quiera, advendrá la paz en Palestina.
