El retorno de la inflación

El retorno de la inflación

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los precios de los alimentos a nivel mundial disminuyeron por primera vez en ocho meses. No obstante, reconoció que aún no se puede concluir que esto signifique el fin de los aumentos de precios. Según dicha agencia, para marzo de 2011 el índice de precios promedio fue de aproximadamente 230 puntos, lo que representa un descenso de 2,9 por ciento respecto de su nivel más alto alcanzado en febrero, pero aún 37 por ciento por encima de  los prevalecientes en   marzo de 2010.  

Para tomar el pulso de lo crítica que está la situación en el país, sólo bastaría con ir a una gasolinera o al supermercado y el lector se dará inmediatamente cuenta que su poder de compra se ha reducido sustancialmente. La inflación se ha manifestado por los incrementos de precios de los alimentos, la gasolina, etc. Anteriormente la situación inflacionaria había significado una espirial de precios y salarios presionando hacia el alza.

En la actualidad, el incremento de los salarios ha sido mínimo y el de los precios, dada su volatilidad, se ha manifestado en aquellos productos que el pueblo consume mayoritariamente a pesar de que poseen menos flexibilidad para ser sustituidos.

La inflación se refleja también en un sobre calentamiento de la economía y en ese sentido, los trabajadores no cuentan con la capacidad necesaria para satisfacer su propia demanda de un sin número de productos que ellos mismos contribuyen a producir. Por ejemplo, la abundancia de dólares procura bienes y servicios escasos y en consecuencia presiona el alza de precios y salarios. Para este tipo de situación, el Banco Central responde aumentando la tasa de interés como forma de frenar la economía.

Cabe señalar que este tipo de medidas es un arma de doble filo, ya que la misma puede debilitar aun más la economía y eliminar los precarios aumentos salariales. Del mismo modo, los aumentos en la tasa de interés encarecerían el financiamiento del déficit fiscal del Gobierno y aumentarían la deuda pública, asestando un duro golpe a la economía.

Aunque uno de los factores que han contribuido al alza de precios actual, a saber, la inestabilidad política en el Medio Oriente, una caída de la producción de cereales en Rusia, de arroz en la India y otros países de Sureste Asiático, la verdadera razón se encuentra en los efectos de la reorientación del consumo en los países llamados emergentes.

Cuando un porcentaje de la población de los países pobres mejora su situación económica y vive más holgado, desarrolla un comportamiento de clase media y cambia sus hábitos de consumo. Ellos prefieren consumir más carne de res y pescado y menos pollo, arroz, plátanos o víveres y comprar un vehículo en lugar de desplazarse por medio del transporte público o concho. El aumento en el estándar de vida en países como el nuestro hace más difícil mantener un crecimiento adecuado que permita mantener los precios a los niveles de las décadas recientes.

Si se analiza el alza de los precios de los productos básicos y el petróleo durante el período 2000-2010, se podrá constatar que el comportamiento de los precios no es coyuntural sino más bien presenta una tendencia de largo plazo. A manera de ejemplo, en el 2000 el barril de petróleo alcanzó un precio de US$25.00 mientras que para en la actualidad se cotiza a un precio superior a US$100.00. En lo que respecta al maíz, dado el incremento de la demanda para producir etanol, el precio de la tonelada métrica en el 2000 alcanzó la cifra de US$205.00 mientras que en la actualidad su precio es superior a los US$750.00.

Dada la situación de inestabilidad imperante en el Medio Oriente y las posibilidades de extenderse a otros países del Golfo Pérsico, las presiones hacia el alza de los precios pudieran continuar  y complicar las posibilidades de mantener la recuperación económica en los países industrializados y el crecimiento económico en los países como el nuestro.

En respuesta a la tendencia alsista de los precios, el Banco Central Europeo ha aumentado la tasa de interés. Esta opción es menos atractiva para economías como la nuestra, debido a sus efectos onerosos al problema del déficit fiscal.

Tomando en consideración la necesidad de monitorizar el fluir de los precios de los productos básicos y del petróleo y sus efectos en la economía del país, se hace necesario adoptar el mecanismo de la aplicación de “canastas móviles” que propugna el FMI, de manera que sea posible lograr ponderaciones de precios mes por mes y de esa manera alcanzar un índice de precios al consumidor que refleje tanto las influencias internas como las externas en su comportamiento. El país enfrenta una situación no muy favorable, con la agravante de que se puede regresar a la situación de crisis de 2007-2008, cuando los aumentos de precios provocaron violencia y tensiones políticas en la mayoría de los países a nivel mundial. Esto así porque el alimento sigue siendo demasiado caro para muchos pobres y la amenaza persistente de los precios erráticos significa que la situación podría incluso empeorar muy rápidamente.

Por lo tanto, se hace necesario que el Gobierno adopte políticas públicas que incentiven la producción nacional de alimentos y medidas que aseguren  que haya los recursos necesarios para que se pueda enfrentar esta situación. 

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