El rey de los belgas, Alberto II, abdicó en favor de su hijo Felipe  

El rey de los belgas, Alberto II, abdicó en favor de su hijo Felipe  

BRUSELAS. AFP. El rey de los belgas, Alberto II, abdicó, tras 20 años en el trono, en favor de su hijo Felipe, quien se convertirá este domingo en el séptimo soberano del país, en medio de crecientes interrogantes sobre el papel de la monarquía.   «Como rey y como padre, tienes todas las cualidades, tanto la inteligencia como el corazón, para servir a nuestro país», dijo Alberto II, dirigiéndose a su primogénito, de 53 años, en un emotivo acto en el Palacio Real en Bruselas. 

La monarquía es uno de los factores de unidad de Bélgica, dividida entre los Valones francófonos (en el sur) y los flamencos del norte.   «Tenemos toda la confianza en ti y tu querida esposa», la princesa Matilde, dijo el rey. A las 12H00 hora locales (10H00 GMT), Felipe prestará juramento ante las dos cámaras del Congreso en las tres lenguas oficiales del país (francés, flamenco y alemán).

En ese momento, se convertirá en el rey de los belgas.   «Debes trabajar sin cesar para asegurar la cohesión de Bélgica», señaló el rey, quien anunció inesperadamente a comienzos de mes su decisión de abdicar por motivos de salud tras 20 años de reinado. 

El mensaje iba dirigido fundamentalmente a Flandes, que agrupa a casi 60% de la población belga y cuya principal fuerza política es la de los independentistas, favoritos en los sondeos para las elecciones legislativas de 2014.   En ese sentido, el primer ministro belga, Elio di Rupo, recordó el papel de mediador de Alberto II entre 2010 y 2011, en los que el país estuvo 541 días sin gobierno.   «Aceptó la dura tarea de formar un gobierno y lo logró con éxito», dijo Di Rupo, al homenajear al rey durante la ceremonia de abdicación.

El partido independentista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), de Bart De Wever, que encabeza los sondeos, ha insistido en estos días en su reclamos de limitar la monarquía a un papel meramente protocolario.   El gobierno belga aprobó recientemente una reforma que rebaja el sueldo a la familia real y le obliga a pagar impuestos. 

Con banderas y globos rojos, amarillos y negros, centenares de personas se despertaron en la madrugada para recibir a la familia real belga.   «Viva, viva el rey», gritaban. «Esto es una fiesta que no hay que perderse», señaló Maximilien De Wouters, un estudiante de 24 años. «Abre una nueva página para la monarquía. Yo estoy muy orgulloso de mi rey (…) sólo una pequeña minoría está contra el rey».   El Rey de los belgas ha querido celebrar el traspaso de la corona con el mismo perfil bajo que caracterizó su monarquía: sin grandes gastos ni ningún invitado de la realeza extranjera.

La idea es no sobrepasar ni un euro más la partida prevista para la celebración del día nacional, este 21 de julio.   Así el costo será de entre 500.000 a 600.000 euros, mucho menos de los fastos en Holanda, evaluados en unos 50 millones de euros.   Tampoco se veían demasiados periodistas de la prensa extranjera. La ceremonia de abdicación, que suele atraer a decenas de represantes de la prensa rosa, quedó en segundo plano ante el inminente nacimiento en Reino Unido del hijo del príncipe Guillermo y Catalina, quien ocupará el tercer lugar en la línea de sucesión al trono británico.   Y ocurre en un contexto complicado: cada vez más ciudadanos se cuestionan sobre el sentido de las monarquías, en medio de una devastadora crisis económica y financiera.

Pero Felipe, al que muchos consideran demasiado tímido y soso para sus nuevas funciones, tiene una carta a su favor: su esposa, la princesa Matilde, de 40 años, quien es muy popular entre los belgas.

Con ella tuvo cuatro hijos, entre ellos la princesa Isabel, que se convertirá en la próxima heredera al trono, según la línea sucesoria.   Matilde, enfundada este domingo con un vestido de algodón y seda rosa pálido del diseñador belga Edouard Vermeulen, es una de las pocas princesas europeas que no es de origen plebeyo.

Nació en 1973 en una familia de condes y recibió su educación y formación universitaria en las mejores instituciones belgas.   El Rey deja el trono en uno de los peores momentos de su reinado.

Según una biografía no autorizada, el Rey habría tenido una hija, Delphine Boel, de 45 años, de una relación extramatrimonial con una aristócrata belga, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps. 

Esta es la segunda abdicación en pocos meses de la monarquía europea. La primera fue la de Beatriz de Holanda, quien traspasó la corona a su hijo Guillermo Alejandro.   La abdicación de Alberto II genera expectativas en el continente de que otros soberanos le sigan los pasos, como Isabel II de Inglaterra y Juan Carlos I de España, pero por ahora estos no han dado señales de que piensan renunciar al trono. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas