Al finalizar los XII Juegos Deportivos Nacionales en La Romana 2000, el «Rey de los Juegos», lo fue, sin lugar a dudas, el ciclística vegano, Bernard López.
López, quien tenía en el 2000 unos 16 añitos, cerró su actuación en varias modalidades del ciclismo y se puso en su pecho 10 medallas, incluyendo cinco de oro.

López fue un «huracán» para todos sus contendientes Regionales. La última medalla de oro que logró fue en modalidad de ruta en los 110 kilómetros cuando pulverizó a sus rivales.

La ruta que hizo fue de los 110 kilómetros (ruta La Romana-Higüey-La Romana).

“No sabía con cuántas medallas terminaría una vez finalizados los Juegos, pero de lo que sí estaba seguro es de la buena preparación que tuve meses antes del evento y esa ha sido la explicación a la tremenda actuación que he tenido”, declaró López al rememorar esa hazaña.

El brillante pedalista narró que no resultó nada fácil el triunfo en todas las competencias que intervino, debido a la gran calidad demostrada por sus rivales, quienes le dieron tremenda batalla durante todo el trayecto.

Apuntó que las competencias fueron muy exigentes y nadie podía descuidarse un segundo porque venía un rival y se llevaba el mejor tiempo.

Bernard acotó: “No fue fácil porque tuve varias caídas, pinchadas en los neumáticos de mi bicicleta, cosas estas que resultan ser horribles para cualquier ciclista cuando lucha por alcanzar el triunfo, ya sea en una prueba de ruta o en cualquier otra”.

Expuso que de las cinco de oro de la más difícil, consideró que la ruta de los 110 kilómetros, en la cual triunfó; fue la más escabrosa. Precisó que inició una escapada con un contrincante del Distrito Nacional y que éste le dio tan tremenda batalla que, cuando terminaron la esprintada, sólo pudo sacarle un aro de ventaja.

Su padre, gran legado

Al hablar de las cinco preseas de plata, indicó que, en aquel momento y ahora, se la dedicó a su padre Luis López, quien fue el encargado de entrenarlo y de motivarlo para que trabaje duro diariamente.