El riesgo de la continuidad

El riesgo de la continuidad

Reconozco que un altísimo porcentaje de miembros del partido gobernante no leyeron totalmente los textos de su maestro y fundador. No obstante, debo recordarles que en las páginas de El Mundo, Juan Bosch a la edad de 20 años realizó una interpretación interesante respecto del ambiente de tensión y confusión política que prevalecía en los días previos a la instalación de Trujillo en el poder, consignado que se gestaba una tiranía y la naturaleza pasiva de la sociedad no se daba cuenta de la creación de una hidra de cabezas trágicas. Ya antes, otro jovenzuelo calificaba de séquito de seguidores obsequiosos al clan de intelectuales que como Tulio Cestero, Ramón Emilio Jiménez, Rafael F. Bonnelly, Rafael Damirón y Germán Soriano, acompañaban la mutual triunfante en 1930. Tal calificativo llegaba de los labios de Joaquín Balaguer y las consideraciones se realizaron treinta años después del evento político.
Siempre es importante recrear la historia. Fundamentalmente, por el afán de repetir errores de un elevado costo para la institucionalidad democrática del país. Y pretender tomar el camino de interpretaciones constitucionales subestima la inteligencia de sectores que conocen perfectamente la naturaleza política de cualquier esfuerzo que, en el contexto de la actual realidad, quiere reducir a lo estrictamente jurídico el deseo de extender la estadía de Danilo Medina en la presidencia.
La acción de inconstitucionalidad depositada por ante el Tribunal Constitucional tendente a resolver la transitoriedad y/o habilitar el terreno de una nueva candidatura para el año 2020 tiene defensores que apelan tanto a la experiencia Argentina (1987) como la declaración de conculcadora del derecho a una aspiración (caso Boliviano) que, si bien es cierto pueden esgrimirse como precedentes, ambos casos obedecieron a factores de política interna de sus respectivos países. Ahora bien, en lo concerniente a la realidad constitucional dominicana, el artículo 185 de la Carta Magna no posibilita que sobre la misma norma (Constitución de la república) se ejerza el control directo de constitucionalidad. Además, la fuerza partidaria que estimuló la reforma del 2015 no puede presentarse ahora como “vulneradora” de derechos fundamentales.
Nada es más perverso que la inocencia. Es a Eric Bentley, que se le atribuye la frase de que “los sentimientos de inocencia son pruebas de una inocencia cierta”. Por eso, nada de tonto tienen los “esfuerzos” por colocar en el centro del debate el tema de recurrir por ante el Tribunal Constitucional.
Y pretender abrirle las posibilidades al presidente Medina Sánchez, utilizando al señor Fredermido Ferreras, expresa la noción caricaturesca de un intento de candidatura que podría servir para una discusión amplia y responsable al respecto. Afortunadamente, los colombianos liquidaron la ambición desmedida del ex presidente Uribe Vélez cuando el Tribunal Constitucional, en una extraordinaria interpretación, adujo que se rompe con el principio de la alternabilidad en el poder en una sociedad abierta al liquidar la posibilidad que los miembros de un partido tengan iguales oportunidades. Así concluyó el intento de perpetuación en Colombia, y en el plano local, se torna perturbador que ante el hecho de que deben ser sustituidos cuatro jueces titulares del Constitucional, se inicie una discusión sobre la viabilidad o no de posibilitar una nueva candidatura presidencial.
Sigo creyendo que Danilo Medina no intentará una candidatura presidencial en el año 2020. A lo que no puede renunciar es a la estructuración de acciones políticas y jurídicas que le conduzcan a un mayor control del aparato partidario y tranquilidad procesal con posterioridad a su salida del palacio nacional. La ambientación internacional y dificultades que enfrentan ex gobernantes en todo el continente representan una clara señal que le obligan a tomar medidas precautorias.
Al final, la naturaleza corporativa del PLD se impondrá sobre las chulerías y argumentaciones melcochosas clásicas en toda la historia dominicana. Y como de costumbre, los circuitos comunicacionales, la opinión oficial encontrará el “viraje” argumental para rendirle tributo y “redescubrir” virtudes en el candidato gubernamental.

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