El rol de las Fuerzas Armadas

El rol de las Fuerzas Armadas

UBI RIVAS
Las Fueras Armadas desempeñan un rol cada vez más amplio y profundo en los estratos del Estado y la sociedad, y es algo muy consubstancial que debe ser interpretado cabalmente dentro y fuera del gobierno. No solamente es lo concerniente al artículo 93 de la Carta Fundamental el rol que las FFAA deben de asumir, como lo es, el primero, preservar el orden legalmente instituido brotado de la consulta popular libérrima, única fuente legítima de poder.

La misión de las FFAA adquiere una proporción tan singular y troncal en el desempeño de la cotidianidad del sistema que nos conduce en sociedad, que presenta el protagonismo en las álgidas áreas de controlar el contrabando de armas y todas suerte de mercancías desde la frontera con Haití, principalmente el peor de todos los males, el narcotráfico, entendiendo que Haití, hoy, es un narcoestado penetrado de caos.

La vigilancia de 1,500 kilómetros lineales de costas, es una múcura aplastante que llevan encima las FFAA, así como actuaciones específicas en casos de desborde del espectro criminoide en la versión del tigueraje incivil y agresor de la ciudadanía pacífica.

Esos puntos cruciales y aristas punteagudas fueron desmenuzados con escuetas ilustraciones, como es el estilo del cuartel, por el titular de las FFAA, almirante M de G Sigfrido Pared Pérez, en el transcurso del almuerzo que le ofreció el Grupo Multimedia de El Caribe, el día dos del presente mes de noviembre.

Pared Pérez, un oficial académico, profesor de los institutos Militar de Estudios Superiores y de Altos Estudios Superiores, de hablar en ritmo de ráfagas, un estilo muy suyo, como su espontaneidad para el trato amable y afectuoso, desacuerda que los guardias integren patrullas con la Policía Nacional.

«Los guardias no están entrenados para esos menesteres», respondió directo el titular de los institutos armados de la República, y en realidad más amplia, él intenta preservar que los militares se maleen con los policías en inconductas que hoy mantienen la desconfianza en los encargados de mantener el orden público, acusados en reiterados casos, de prestar sus armas a delincuentes y usufructuar vehículos ajenos entre otras travesuras y/o sinvergüenzura.

Se quejó amargamente como experimentado oficial naval, que el Coast Guard de USA desempeñe un rol tan famélico en la detectación de ilegales dominicanos que intentan ganar las costas de Mayagüez, porque nuestra arma del mar no dispone de los navíos idóneos para patrullar todo el litoral Este, y los gobiernos norteamericanos nunca destacan esa falla de ese segmento de sus Fuerzas Armadas. Correctísimo.

También, que USA nos remite navíos obsoletos, hacinados en fondeaderos para chatarrearlos por su inservilidad, y con eso pretenden una reducción sustancial en el mundo de los people bout.

El almirante Pared Pérez enfrenta muchos retos, como es posible apreciar, uno de ellos, retornar a los cuarteles a miles de efectivos de todos los rangos que prestan servicios en casas de funcionarios civiles y militares, para asignarles funciones específicas y dimensionar los servicios básicos.

Otro, obtener del presidente Leonel Fernández un capítulo extra para equipamiento, considerando que el 85% de los RD$4 mil millones presupuestados para el año próximo, se drena en cargas fijas de sueldos.

Quizás el reto primordial del almirante Pared Pérez consiste en diluir la indeseable irrupción de grupúsculos que operan en las FFAA con censurables desviaciones retaliativas, que inclusive logran a ratos imponérseles a sus facultades, algo además de inadmisible, peligroso para la preservación de la disciplina, un desideratum visceral en la conducción de unas Fuerzas Armadas.

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