El rol imprudente deñ FMI como prestamista de último recurso

El rol imprudente deñ FMI como prestamista de último recurso

El título no lo inventé yo; corresponde a un trabajo de Charles W. Calomiris, profesor de finanzas y economía de la Universidad de Columbia y director del American Enterprise Institute Project on Financial Deregulation, basado en una ponencia de febrero de 1998.

Los argumentos de Calomiris parten de la premisa de que «un principio guía de una economía de mercado que funciona bien es que los que toman riesgo deben ganar o perder de acuerdo a los resultados de sus decisiones»2. Esta afirmación, así dicha, produce una cierta reprensión moral porque todos conocemos a alguien que tiene sus pesos cogidos en alguno de los «huecos» bancarios. Sin embargo, si nos pidieran que voluntariamente aportemos un 10% de nuestro sueldo para ayudar a alguien que podría perder su dinero, diríamos que no, porque los intereses que ganó no los compartió con nosotros. Las autoridades monetarias y financieras decidieron absorber las pérdidas financieras de las quiebras bancarias con unas consecuencias que todos estamos sufriendo. Cito a Calomiris refiriéndose a este tema: «¿Cuál ha sido el costo de que el gobierno absorba esta pérdida financiera? (1) una indeseable redistribución de la riqueza desde los contribuyentes hacia oligarcas políticamente influyentes en las economías en desarrollo; (2) la promoción de la toma excesiva de riesgo y la inversión ineficiente; y (3) socavar el proceso natural de de regulación y reforma político económica que de otra forma promovería la competencia global.»3

La transferencia de riqueza desde los que pagan impuestos hacia estos «oligarcas políticamente influyentes» se está dando en la República Dominicana en este momento a través de la decisión de financiar el 100% de los huecos bancarios emitiendo 86 mil 364.7 millones para los aportes al fondo de liquidez para la Banca Comercial4. Como el BC no genera ingresos, este monto es en realidad un préstamo al gobierno central, quien deberá pagarlo. ¿De donde saldrá el dinero para realizar ese pago? De lo que recoge el gobierno en impuestos.

La experiencia de negocios señala que es más fácil sacar más de los clientes existentes que desarrollar nuevos clientes. En el año 2002 el 68% de los ingresos presupuestarios fueron producidos por impuestos indirectos. Los impuestos directos son aquellos que usted paga en función de sus ingresos, por ejemplo el Impuesto Sobre la Renta o el Impuesto Sobre la Propiedad; los indirectos son aquellos que pagamos todos sin tomar en cuenta nuestros ingresos, por ejemplo el ITEBI o los Aranceles Aduanales. Dado que cobrar impuestos es la fuente de ingresos corrientes del gobierno y la tendencia a aplicar impuestos indirectos, la conclusión inevitable es que el 68% de los fondos para cubrir los «huecos» saldrán de todos los dominicanos, independientemente de sus ingresos.

¿Quienes son los beneficiarios de este sacrificio fiscal? En un artículo de opinión escrito por el economista Bernardo Vega en el periódico El Caribe del día 24 de noviembre, este afirma que 85 cuentas en Baninter representan el 77% del déficit asumido en ese banco. Si estos números son correctos, el balance promedio de estas cuentas es de RD$500 millones; no tengo dudas que con esta cantidad de dinero se cae en la categoría de «oligarca» a que hace referencia Calomiris.

Creo existen maneras de reducir el daño económico generado al hacernos a todos responsables de resolver el problema de los huecos. Se debe diferir el pago y tasa de los títulos emitidos de manera radical. Esto puede ser en tramos de tiempo por valor; uno, cinco y veinte años, comenzando por los ahorristas de menos de 500 mil pesos y todos al 4% de interés. Esto tendría varias ventajas: bajaría el Valor Actual Neto de esas emisiones en un 70%, reduciendo el financiamiento interno del banco central a niveles manejables. Se reduce el pago de intereses en 20 mil millones, lo cual elimina la necesidad de aplicar nuevo impuestos y se reduce también la circulación de efectivo presionando el mercado de dólares.

La segunda conclusión de Calomiris es que cuando el gobierno absorbe los costos de las quiebras bancarias se promueve la toma excesiva de riesgo y la inversión ineficiente; un ejemplo al canto: Una prima que vive en Providence, R.I. me consultó a mediados del 2002 para poner algún dinero aquí. Cuando le pasé la información de la tasa que me ofrecieron en mi banco me contestó: «En Baninter me dan mucho más». Mi prima colocó un certificado de depósito a un año en Baninter & Trust; hoy tiene un documento del Banco Central que avala que el riesgo que ella asumió por codicia se lo está pagando la familia que compra uniformes escolares para sus niños, el chofer que hecha combustible a su carro o el que se sienta en un colmadón a tomarse una «fría». Los bancos comerciales trabajan con el dinero que recogen entre los depositantes. La solvencia de su negocio depende de la prudencia, pulcritud y transparencia con que maneje la institución. El banquero que se maneja con prudencia pierde competitividad frente al osado e irresponsable, si el ahorrista no sufre el costo de preferir al irresponsable, entonces le estamos diciendo a los banqueros «no importa, sean irresponsables, que el gobierno se hará cargo de las consecuencias de su irresponsabilidad». La realidad es que el sector financiero necesita ser regulado de manera sana y con mecanismos que aseguren el manejo prudente y responsable. Se hace perentorio que todos exijamos la aplicación de la Ley Monetaria y Financiera sin discriminaciones.

CONVENCIÓN CONTRA LA CORRUPCIÓN

El Artículo 22 de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción, firmado el día 11 de este mes de diciembre constituyen un magnífico instrumento para localizar y perseguir la devolución de fondos. Esta convención tipifica la malversación o peculado de bienes en el sector privado: «…cuando se cometan intencionalmente en el curso de actividades económicas, financieras o comerciales, la malversación o el peculado, por una persona que dirija una entidad del sector privado o cumpla cualquier función en ella, de cualesquiera bienes, fondos o títulos privados o de cualquier otra cosa de valor que se hayan confiado a esa persona por razón de su cargo.»5 Los datos publicados de las quiebras bancarias señalan distracciones de montos multimillonarios. Asumiendo que los tribunales dominicanos emitan una sentencia definitiva de malversación y el poder legislativo ratifique este acuerdo, este instrumento es medular para localizar esos dineros; dos mil millones de dólares no se desvanecen ni se ocultan en una caja de zapatos.

La tercera conclusión de Calomiris implica socavar la de regulación y la reforma político económica; asumir el costo de estas quiebras bancarias ha producido un atraso en la política de de regulación. La fuga de capitales producto del pánico cambiario ha creado una gran especulación, lo que a su vez a forzado a subir el tono de intervención y regulación en el mercado cambiario; exactamente lo contrario de lo que necesitamos para presentar una economía atractiva para los capitales internacionales. Estamos negociando a marchas forzadas un tratado de libre comercio con los EEUU que reducirá los impuestos a las importaciones. En el año 2002 el 32% de los ingresos fiscales del gobierno fueron vía aranceles e ITEBIS en aduanas, ¿con que se van a sustituir? Necesitamos un acuerdo nacional que disminuya la carga de impuestos indirectos, que castigan mayormente a los que menos tienen. Los impuestos deben ser fuente para la redistribución del ingreso y motor del desarrollo. El nuevo paquete fiscal debe hacer hincapié en el impuesto a los ingresos y a la propiedad y promover incentivos y exenciones por la creación de empleo.

El rol imprudente de FMI como prestamista de último piso no nos conviene. El que el FMI venga a sacarnos de una situación financiera en la que nosotros solos nos metimos no resuelve la situación y peor aun, agrega más carga financiera a la desgracia de una nación malversada. Propongo la dolorosa medicina de arroparnos hasta donde la sabana nos alcance después de diluir la solución del problema de los ahorristas de los bancos quebrados en el largo plazo.

El autor en consultor empresarial

Email: federico@promarketdr.com

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