Los residentes de El Rosalito, una comunidad de San José de Ocoa con grandes condiciones para el desarrollo agrícola, están abandonados a su suerte desde 1979, cuando el ciclón David destruyó sus principales vías de acceso.
Para llegar a esta sección hay que atravesar La Ciénaga y cruzar el río Nizao a caballo y en vehículos, por la falta de un puente.
Cuando se cruza al otro lado del río la odisea continúa, por los hoyos, zanjas, peñascos y precipicios que hay en la carretera.
A pesar de los reclamos de los campesinos de ese poblado situado en el Sur del país, en 34 años no han recibido respuesta de las autoridades.
Aquí se pierden muchos productos por la falta de una carretera en condiciones. El Rosalito tiene el mejor potencial para invernaderos después de Constanza y Jarabacoa, declaró Enrique Chalas, vicepresidente de la fundación Chalas Encarnación.
En las décadas de 1960 y 1970 en El Rosalito se cultivaban grandes plantaciones de café, pero los agricultores han ido abandonando el cultivo por las dificultades que enfrentan para trasladar las cosechas.
Potencial turístico. Esta zona también podría aprovecharse turísticamente, pues desde sus montañas se ven el lago de la presa Jigüey y, en medio del verdor de las más escarpadas montañas, el río Nizao.