El saber en gerundio

El saber en gerundio

JULIO BREA FRANCO
La esencia del pensar investigativo es la curiosidad. El ansia de saber, de conocer y averiguar. La principal herramienta de la curiosidad es entonces el preguntar. Y el preguntar es un abrirse al mundo y a la vida que nos circunda en pos de entendimiento. Un buscar que nunca concluye.  El preguntar siempre nos lleva más allá de nuestras limitaciones. Las trata de empujar o reducirlas con el propósito de ampliar nuestro saber y entender las maravillas que hay a nuestro derredor. Preguntar no es exigir a los demás que te respondan. Tampoco es un averiguar motivado y movido por la morbosidad y la mala fe.

Preguntar es un permanecer todo el tiempo permeable, abierto, sin opinión previa y cerrada. Oír y meditar como manera de recopilar trozos de información. Simplemente para comprender, para entender mejor. Preguntar es aceptar lo que se responde, sin juzgar, siempre confiado de que, en el momento oportuno, se arribará a un entendimiento más completo y correcto. Precisamente por eso el entender y el entenderse termina siendo beneficioso para el bien de todos.

El genuino preguntar no proviene del miedo. Pero tampoco es agresión. Es tan solo la expresión de un profundo deseo de saber, de la voluntad y decisión de escuchar los demás, pero también y sobre todo, de recibir.

La lección fundamental que nos regala la naturaleza es su diversidad. La variedad de todo y en todo es sencillamente grandiosa. En el mundo de los seres con vida y en los inanimados, en lo animal, en lo vegetal y en lo mineral. Y algo además muy importante: todo coexiste bajo el mismo sol y las mismas estrellas.

Precisamente por eso es que resulta difícil creer que la razón solo puede estar de un solo lado como quieren unos para los que todos los demás están equivocados. Luce carente de sentido esa arrogancia tan típica de los ignorantes que no logran descubrir, ni mucho menos aceptar, que la suya tan solo es una cabeza más.

No hay nada definitivamente verdadero, solo cosas definitivamente falsas y otras provisionalmente verdaderas. En esa observación de Karl Popper recomparece el relativismo que torna la ciencia con un caminar con soluciones de continuidad: cuando comparece un nuevo paradigma que suplante el hasta ese momento aceptado. Así es que avanza el conocimiento.

Nada puede ser definitivo. Vamos aprendiendo, descubriendo cosas replanteando situaciones a la luz de lo que va averiguándose y de las experiencias que se van conociendo y viviendo. Cualquiera que sea la faceta del mundo del hombre en la que focalicemos nuestra atención con el propósito de buscarle, si es que lo tiene, algún sentido que permita entenderlo, requiere de un tipo de pensar que vaya algo más allá de las apariencias de las impresiones. Un pensar armado precisamente de curiosidad.

Es inaudita la avalancha de opiniones que se vierten en los medios de comunicación hoy más abiertos en posibilidades como nunca antes. En particular, el auge y crecimiento del Internet ha democratizado el compartir puntos de vistas, reflexiones, intereses, ideas y visiones. Es por ello la más extraordinaria enciclopedia de la experiencia humana. Hay de todo: desde lo más sublime, elevado y noble hasta lo más perverso, malévolo y denigrante.

La nuestra es una cultura reacia a lo fáctico. Impera en mucho la postura de saber las cosas sin el trabajo que cuesta investigarlas. De ahí el atractivo de las tertulias: es más fácil escuchar a alguien un rato e improvisar que sentarse día tras día y penetrar las capas de lo mundano y trivial en búsqueda de lo profundo. Gente que actúa como si tuviera una percepción totalizadora y mágica del mundo y de los actos de las personas que solo emiten opiniones y declaraciones apresuradas con ligereza muy poco profesional.

Y sin embargo hacer investigación en países como el nuestro, además de fatigoso y exasperante, requiere de decidida voluntad y gran vocación. Es difícil hacerse de datos e informaciones no solo por la penuria de encontrarlos sino por el trabajo que implica extraerlos de su estado crudo. Un trabajo de refinería y destilación inmenso cuando son tan pocos los operarios disponibles.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas