Un médico, normalmente, es un profesional al servicio de la ciudadanía, cuyo ejercicio constituye un verdadero apostolado porque tienen que estar las 24 horas del día al servicio de sus pacientes.

Es por ello que hemos venido siguiendo, con mucha atención, su lucha por la mejoría substancial de su salario, que no ha sido actualizado aún de acuerdo con el aumento del costo de la vida en nuestro país.

Creo que a pesar de la buena intención del Congreso en el sentido de que ese aumento debe producirse lo más pronto posible, el dinero que se necesita para satisfacer esa necesidad tan sentida por una clase profesional tan importante no son necesarias nuevas leyes ni impuestos bastaría con que los funcionarios que tienen a su cargo la construcción de obras cumplan con las leyes existentes 370-06 y 449-06 que obligan a que las obras sean concursadas o sorteadas, tal como lo están haciendo la Procuraduría General de la República, el Indotel e Inapa.

En efecto esto significaría que de 83 mil  millones de pesos asignados en el presupuesto para estos fines, este año, el gobierno se ahorraría el 30% que asciende a alrededor de 25 mil millones y creo que los médicos necesitan mucho menos.

Es importante señalar que no estamos hablando de una utopía, ya que nuestro cálculo tiene como base datos estadísticos acumulados durante 48 años de análisis y lucha contra el grado a grado.

Es importante recordar que el Art. 65 de la Ley 340-06 establece sanciones para los funcionarios públicos que la incumplan. 

En una próxima entrega y con la finalidad de demostrar la justificación de esta medida voy a hacer una comparación entre el costo del –edificio Acrópolis, que fue concursado, y la remodelación de la adecuación del Palacio de Bellas Artes, que fue construida de grado a grado.