El salario en la agenda fiscal

El salario en la agenda  fiscal

El Gobierno y los dirigentes empresariales están de acuerdo en que los trabajadores públicos y privados merecen mejor paga, que no se puede vivir con los niveles salariales actuales. Sin embargo, ninguno se decide a hacer lo que en justicia corresponde. Algunos empresarios y economistas le atribuyen al alza salarial propiedades catastróficas y destructivas. La estigmatizan y postulan contra ella de mil y una maneras. Pero el alza sigue siendo necesaria, virtualmente ineludible.
La razón por la que un dominicano se resiste a fregar platos en su país y en cambio los lava en Nueva York se llama poder adquisitivo, un factor en depresión constante en este país. Para algunos sectores de la economía es un alivio que el Gobierno tenga que inventar programas sociales contra la pobreza, no importa cuánto sobrecarguen el gasto público, con tal de que no se hable de justicia salarial.
Definitivamente, el tema salarial tiene que ser incluido en la agenda de discusión del Pacto Fiscal del que tanto han huido Gobierno y sector privado. Hay que reconocer que en gran medida nuestra competitividad y productividad están lastradas por los bajos niveles salariales. Nuestra estructura fiscal debe buena parte de su sustentación a los consumos de los asalariados, pero esa característica es inconsecuente con los pésimos niveles salariales.

Violencia y más violencia

Los arranques de la violencia más brutal se han ensañado últimamente contra gente de edad temprana: un padre endemoniado que estrangula a sus dos pequeños y otro que asesina a su hija de 12 años, que ya era víctima de un embarazo temprano cuya autoría despierta sospechas. A alguien en Monte Cristi se le ocurrió deshacerse de una bebé de dos meses como quien cambia prenda de vestir. En la sociedad hay cada vez más desbordamiento de esta violencia tan desgarradora como difícil de asimilar o entender.
La única realidad a la vista nos salpica a todos -sí, a todos- de la responsabilidad de no estar haciendo bien las cosas. El Gobierno, como rector, no ha trabajado para neutralizar las causas sociales de esta situación que se agrava progresivamente. Hay que trabajar para ponerle un detente a esta ola violenta.

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