SAN SALVADOR (AFP).- La Policía y el Ejército de El Salvador iniciaron este viernes el despliegue de los llamados Grupos de Tarea Antipandillas (GTA) en diversas partes del país para enfrentar una creciente ola de delincuencia impulsada por las denominadas «maras».

   El despliegue de los GTA, intregrados por policías y soldados, comenzó, según el subdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), Pedro González, el miércoles en parte de la región occidental del país, que abarca los departamentos de Santa Ana, Sonsonate, Ahuachapán, en el central departamento de la libertad y en la oriental ciudad de San Miguel.

   Para el fin de semana, la PNC espera tener distribuidos un total de 333 GTA que deberán operar en las zonas de alta incidencia de las pandillas, que a diario cometen un promedio de ocho homicidios, según las últimas estadísticas oficiales.

   El desplazamiento de los GTA se dan en el marco de la operación denominada «Súper mano dura», que realiza el gobierno del presidente Elías Antonio Saca desde el 30 de agosto y que busca detener a mareros, pero con mayor énfasis en los jefes de las llamadas «clicas» (células de las pandillas).

   El director de la PNC, Ricardo Menesses, señaló que los GTA llevan, además de las armas reglamentarias, una carpeta donde están «los más buscados» de las pandillas, que son reclamados por jueces, y personas que están en proceso de investigación.

   La «Súper mano dura», según el presidente salvadoreño, Antonio Saca, «es un verdadero éxito», por cuanto desde el pasado 9 de agosto, cuando entraron en vigor las reformas de los códigos Penal y Procesal Penal para combatir la violencia, fueron detenidos 779 «mareros» (pandilleros).

   El gobierno ha subrayado que además de prevenir y castigar, el operativo anti-pandillas contempla la rehabilitación de los jóvenes que por diferentes causas ingresaron a las maras, aunque no explicó cómo se realizará esa rehabilitación.

   «Veremos cuáles son las medidas que van a proponer (de prevención) porque aquí está la clave, en la prevención. Ha habido toda una cacería de jóvenes como si fueran animales y eso genera más odio, eso genera más violencia. Creo que la Policía ya terminó entendiéndolo», comentó por su parte el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.

   En virtud de la nueva normativa, los jueces decretaron «instrucción con detención» para 406 de los pandilleros, de los cuales 25 eran jefes, mientras que 272 fueron sobreseidos en forma definitiva y 101 aguardan que se ventilen sus procesos.

   Una encuesta de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) reveló el martes que el 53,3% de los salvadoreños estima que la delincuencia va a disminuir con la aplicación de las nuevas normas penales, pero un 30,4% estimó que seguirá igual, un 14,5% que va a aumentar y un 1,8% no respondió.

   El Salvador, con una población de seis millones de habitantes, registra un promedio de ocho homicidios por día, la mayoría atribuidos a las pandillas, que cuentan con unos 10.000 miembros, según la Policía, pero extraoficialmente se habla de hasta 30.000.