El secreto de la vida,  ya revelado

El secreto de la vida,  ya revelado

POR MIGUEL ARISTY
 “El secreto de la vida, pues, consiste en controlar tus estados mentales; si lo consigues, todo lo demás vendrá. Aceptar la enfermedad, los problemas y el fracaso como males ineludibles, y quizá inevitables, es tonto, porque es esa misma aceptación la que mantiene la existencia de esos males. El hombre no está limitado por su entorno. El hombre crea su entorno mediante sus creencias y sus sentimientos. Suponer otra cosa es como pensar que el rabo puede mover al perro.

Si has estado pensando que las condiciones exteriores son más fuertes que tú, y que esas condiciones pueden impedir que te manifiestes como era la intención de Dios, dite a ti mismo: “El perro mueve la cola”, e inmediatamente revertirás esa creencia.

Dios quiere que tú seas sano, feliz y libre, y tú no puedes aceptar nada menos. Pide que Dios actúe en tu interior –y créelo– y nada te hará retroceder. ¿Quién te impidió que no obedecieras el mandato de la Verdad?

Lo que acaban de leer lo escribió Emmet Fox, pero el título lo hice yo, no sin malicias.

Supongo que muchos se habrán puesto jubilosos, para que vuelvan, ahora, a caerse, pero no lo permitiré así tan fácil.

Señores, los estados de la mente no son controlables. La mente es una pantalla, por la que pasan los recuerdos. Sin recuerdos no hay mente. Estando ya hechos los recuerdos y funcionando por la presentación del par sensación-recuerdo, no hay posibilidad de impedir que las sensaciones o estímulos no traigan el recuerdo que las mismas sensaciones dejaron. Mire. No lo dejaré pasar así. Le dije que los recuerdos están hechos de sensaciones pasadas. Y le voy a complicar la vida más. Todo lo que hay en la mente, incluyendo su decisión es un recuerdo. Se lo pongo peor. El creer que alguien quiere controlar es otro recuerdo. Es, mire bien, controlado por la condición de recordar que le dio origen. Luego es natural, recordar, que es pensar, que Emmet Fox, estuvo muy lejos de tener claridad en la mente sobre lo que le dijo, sobre el controlar la mente.

Ahora. Es cierto lo que dice Emmet al hablar de que la aceptación de males, –pero también de bienes- está manteniendo esos males. Pero no es cierto que se mantendrá el bien real, se ordenará a la mente mantenerse haciéndose recordar que está bien, dando lugar a una sugestión de bienestar.

“El hombre no está limitado por su entorno. El hombre crea su entorno mediante sus creencias y sus sentimientos. Suponer otra cosa es como pensar que el rabo puede mover al perro”.

Cuando la sensación-lectura le mantiene el recuerdo de lo leído. Usted se da cuenta que tiene que preguntar: ¿De qué hombre hablamos? ¿Del cuerpo o de la mente? Porque la mente es producto del entorno. El cuerpo no, pero no puede vivir sin el entorno. Si habla del hombre mental. En este caso el rabo sí hace mover al perro o cuerpo.

En cuando a lo que Emmet dice de Dios, no creo que él ni usted, sin ofensas, estén en condiciones de hablar del Dios-hecho-verdad. Todo aquel que vive su presencia poco escribe o dice de él. Eso es debido a que hablar-recordarse de Dios aleja la posibilidad de sentir su presencia, que nada tiene que ver con el recuerdo.

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