El secreto del éxito en Alemania

El secreto del éxito en Alemania

Dedicado a Siegfried Maruschke
Parte I
Recientemente, el Ministro de Educación, Andrés Navarro, resaltó el obstáculo fundamental que hay que enfrentar en el mundo: cómo restaurar el creciente desequilibrio entre el mercado laboral y el sistema educativo a la luz de las tres revoluciones más feroces y continuas en la humanidad: la globalización, la gerencial y la tecnología.
Es por ello que en este artículo nos enfocamos en Alemania, país que, por décadas, se ha mantenido en el centro como referente económico y educativo de toda Europa y del mundo. Tiene 357,022 km² de extensión con más de 82,2 millones de habitantes, representa la mayor población entre los Estados que forman parte de la UE.
Su historia es sumamente compleja, pero nos enfocaremos en los efectos que produjeron la Primera y Segunda Guerra Mundial en Europa y en el mundo. Europa quedó profundamente afectada, Alemania, destruida. Entre las dos guerras hubo una gran diferencia: contrario a la Primera donde Alemania fue aplastada por los aliados, en la Segunda se produjo un proceso de reconciliación, y Alemania, con respaldo inicial del Plan Marshall y el esfuerzo extraordinario de su pueblo, llegó a la cima de Europa.
El sistema educativo alemán ha jugado un rol fundamental para que Alemania, con muy pocas riquezas naturales, se haya convertido en una de las naciones per cápita más prósperas, económicamente productiva, exportadora y con un alto nivel socio-económico.
Hay una responsabilidad compartida en su sistema educativo dual ¿Cómo opera?:
a) El gobierno federal fijas las metas y las medidas generales, y una evaluación continua de los resultados.
b) Alemania es una de las naciones más descentralizadas del mundo. Tiene 16 estados federales (Lander) con gran poder de ejecución, actúan en la supervisión educativa de esto a título individual. En otras palabras, el gobierno federal fija, como planteamos anteriormente, las metas y medidas generales, pero ambas instituciones, la estatal y la federal, persiguen objetivos comunes.
Por esto, es muy probable que existan diferencias en la estructura de los colegios y universidades, en los exámenes y en las normas de matriculación entre un estado y otro.
El sistema educativo alemán está dividido por etapas:
– Kindergarten (1-6 años). Es el Jardín de infancia, optativo y con pago.
– Grundschule (6-10 años). Nivel primario. A partir de aquí, es decir, de los diez años, el sistema dirige a los alumnos al nivel secundario y los divide en tres tipos de colegios.
– Hauptschule. Escuela básica que habilita para aprender oficios. La educación que los alumnos reciben es muy práctica y metódica. Tiene una duración de cinco a seis años adicionales.
– Realschule: Una secundaria profesional más técnica. Tiene una duración de seis años, hasta décimo grado. Una particularidad es que en Berlín no hay Hauptschule o Realschule. En la capital alemana estos dos tipos de bachillerato están unidos y se llama Integrierte Sekundarschule.
– Gymnasium. Tiene una duración de ocho o nueve años, dando acceso a la universidad. La nota que los alumnos alcancen en este examen es muy importante para su futuro profesional, ya que de ella depende dónde y qué carrera pueden estudiar en la universidad. Para estudiar medicina, por ejemplo, se necesita un promedio de 1,2, es decir, “sobresaliente”.
– Niños con discapacidades físicas, psíquicas o, inclusive, con problemas de aprendizaje son enviados a una Förderschule. También adolescentes y niños con una conducta violenta o con problemas del lenguaje y que asisten a una escuela, pueden ser enviados allí.
Una parte fundamental de todo el proceso es que los jóvenes, a partir de los 13 o 14 años, se someten a una pasantía continua. La pequeña y mediana empresa, constituida por unidades de 30 a 200 empleados, representa el 90% de las compañías alemanas.
En el próximo artículo describiremos con mayores detalles este sistema, conocido como Sistema Dual. Asimismo, daremos algunos puntos de vista que han surgido de una forma tan peculiar de enseñanza.

Investigadora asociada: Andrea Taveras.

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