La economía dominicana ha sufrido en este año el impacto de la recesión global que se ha manifestado en una caída del sector externo y del ingreso de divisas; sin embargo, gracias al descenso de las importaciones y al nivel de inversión extranjera, el déficit en cuenta corriente se ha reducido, la balanza global es superavitaria y afortunadamente estamos saliendo de la tormenta sin presentar problemas de balanza de pagos.
Las exportaciones nacionales, en relación a septiembre del 2008, disminuyeron en US$685.6 millones; las de zonas francas en US$511.2 millones, el turismo en US$192.8 millones y las remesas en US$51.7 millones, las cuales en conjunto significaron una reducción de US$1,441 millones en el ingreso de divisas como consecuencia del descenso de la demanda mundial por nuestros bienes y servicios.
Una caída del sector externo de esa magnitud no se reflejó en problemas de balanza de pagos, más el consecuente ajuste por la vía de la tasa de cambio, gracias a que las importaciones nacionales se redujeron en US$3,444.8 millones (incluyendo petróleo con US$1,834.5 millones) y esto facilitó un déficit en cuenta corriente inferior en US$2,475.4 millones al tercer semestre del 2008, que conjuntamente con un adecuado nivel de inversión extranjera más el aporte del FMI en septiembre por US$275 millones, permitió un superávit global por US$85.6 millones.
Cabe destacar que en materia de turismo y remesas el país ha sido uno de los menos afectados en el área (-5.8% y -2.2% respectivamente) y en término de inversión extranjera directa alcanzó la suma de US$1,758 millones, inferior en US$1,052 millones al mismo período del pasado año (donde se produjeron varias operaciones de compras de acciones y empresas locales) pero dicho monto representa un récord en relación a todos los períodos precedentes.
En tres trimestres donde se contrajeron las recaudaciones tributarias en RD$16,230 millones y el flujo de recursos externos no estuvo en línea con lo presupuestado, impidiendo una política fiscal contra-cíclica; sin embargo se mantuvo la estabilidad, no hubo problemas de balanza de pagos y el PIB creció un modesto 2.1%.
A partir de ahora, con los flujos de recursos externos derivados del acuerdo con el FMI más el mantenimiento de una política monetaria flexible, y el proceso superación de la recesión mundial, están dadas las condiciones para un año 2010 de recuperación económica y mantenimiento de la estabilidad, así como de continuidad de las reformas estructurales contempladas en el acuerdo con el FMI.