Washington.- El caso para un juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, se trasladó este miércoles a su escenario definitivo con la llegada al Senado de EE.UU. de los cargos contra el mandatario, el primer paso en un proceso que tiene pocos visos de acabar en su destitución.
“Hoy hacemos historia”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, poco antes de firmar el documento con los cargos contra Trump que luego recorrieron el Capitolio, en una solemne procesión, hasta llegar al hemiciclo del Senado.
Los preparativos para el juicio político comenzarán este jueves con el juramento de los cien miembros del Senado como jurado del proceso, pero el proceso de destitución no empezará “en serio” hasta el martes, confirmó el líder de la Cámara Alta, el republicano Mitch McConnell.
Los fiscales que procesarán a Trump. Casi un mes después de que la Cámara Baja aprobara dos cargos contra Trump -los de abuso de poder y obstrucción al Congreso- a raíz de sus presiones políticas a Ucrania, Pelosi puso fin definitivamente a la espera y nombró a siete “impeachment managers» o “fiscales” encargados de argumentar el caso ante el Senado.
Todos ellos son legisladores demócratas, y entre ellos hay dos congresistas que cobraron un fuerte protagonismo durante la investigación previa al juicio político y se convirtieron en blanco de los ataques de Trump- los presidentes del comité de Inteligencia de la Cámara Baja, Adam Schiff; y del Judicial, Jerry Nadler.
También hay una latina, la representante por Texas Sylvia García; y una congresista, Zoe Lofgren, que ha tenido un papel en las tres investigaciones previas a un juicio político de la historia moderna de EE.UU.- como legisladora en las de Trump y Bill Clinton (1998) y como asesora de un congresista en la de Richard Nixon (1973-74).
Pelosi aseguró que fue la experiencia y la “soltura en los juzgados” de esos legisladores lo que le hizo incluirlos en la selecta lista, que completan los congresistas Hakeem Jeffries, Val Demings y Jason Crow. Poco después, la Cámara de Representantes aprobó el nombramiento de esos “fiscales” y el envío de los cargos al Senado por 228 votos a favor y 193 en contra, de nuevo en base a líneas partidistas.
Solemne ceremonia. A las 17-00 (22-00 GMT), Pelosi volvió a convocar a las cámaras para una solemne ceremonia de firma de los cargos contra Trump. Lentamente, la líder demócrata dibujó su rúbrica con una veintena de plumas con su nombre inscrito, cambiando de bolígrafo a cada trazo, para después regalarlos a los legisladores invitados al acto.
A continuación, la secretaria jurídica de la Cámara Baja, Cheryl Johnson, con los cargos contra Trump en una carpeta entre las manos, lideró una procesión hasta la puerta del Senado, con los siete “fiscales” detrás de ella. Una vez allí, el líder republicano McConnell anunció que este jueves habrá otra ceremonia formal de recepción de los cargos, programada para las 12-00 (17-00 GMT), y que dos horas más tarde, se convocará al presidente del Tribunal Supremo, John Roberts.
Ese juez presidirá sobre el Senado mientras dure el juicio político, y tomará este jueves el juramento a los cien miembros del Senado para que ejerzan como jurado en ese proceso. “El juicio comenzará en serio el martes”, cuando los senadores regresarán al trabajo tras la festividad por el aniversario del nacimiento de Martin Luther King, precisó McConnell.
Trump espera un juicio rápido. Aunque Trump guardó un inusual silencio durante la agitada jornada en el Congreso, un funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, restó importancia al tema y opinó que es “extraordinariamente improbable” que el juicio político “dure más de dos semanas».
Pelosi defendió el proceso a pesar de que es muy improbable que acabe en la destitución de Trump, dado que para ello se necesita una mayoría de dos tercios y los republicanos controlan 53 de los cien escaños del Senado.
“Esto es un avance en el sentido de defender nuestra Constitución”, alegó Pelosi, que acusó a Trump de haber cometido un “asalto” a la Carta Magna al presionar a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden.