Brasilia.– El Senado brasileño inició hoy la última audiencia del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, que concluirá con una votación en la que sus 81 miembros decidirán si finalmente es destituida o recupera el poder.
La sesión fue instalada por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirige los trámites en su condición de garante constitucional de un proceso en el que Rousseff responde por unas supuestas irregularidades fiscales que la defensa niega y la acusación ha considerado “completamente probadas».
Para que se concrete la destitución de Rousseff, que confirmaría en el poder al hasta ahora presidente interino, Michel Temer, será necesario que lo decida una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños del Senado.
Todos los sondeos de la prensa local apuntan a que en el Senado ya se ha configurado esa mayoría, que se insinuó claramente en los debates previos a la decisión que la Cámara alta concluyó en la madrugada de hoy.
En esa sesión, que se prolongó durante 16 horas, intervinieron 63 senadores, de los cuales 42 anunciaron que votarán a favor de que la mandataria pierda el cargo, 18 se pronunciaron en contra y sólo 3 no aclararon su posición, pero dieron indicios de que apoyan la salida de Rousseff.
En la última audiencia del proceso, Lewandowski leerá un resumen de las acusaciones y los alegatos de la defensa frente a los cargos que pesan sobre la mandataria, referidos a la emisión de decretos que alteraron los presupuestos sin autorización parlamentaria y la contratación de créditos para el Gobierno con la banca pública. Luego, se pronunciarán dos senadores favorables a la destitución y otros dos contrarios, que podrán tomar la palabra durante cinco minutos cada uno.
Una vez concluidas esas últimas intervenciones de los senadores, Lewandowski se dirigirá al pleno para hacer una única pregunta. «¿Cometió la acusada, señora Presidenta de la República, Dilma Vana Rousseff, los delitos de responsabilidad correspondientes a la contratación de créditos en instituciones financieras controladas por el Estado y apertura de créditos sin autorización del Congreso Nacional que le son imputados y debe por eso ser condenada con la pérdida de su cargo y sus derechos políticos por ocho años?”, indagará.
A continuación, se iniciará la votación mediante un sistema electrónico que permitirá conocer de inmediato la decisión que Rousseff aguardará en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá desalojar si se confirma su destitución.
Temer esperará en el Palacio presidencial de Planalto, vecino a la sede del Parlamento, a la que deberá dirigirse por la tarde, si se confirma la destitución de Rousseff, para asumir de hecho el cargo que ocupa interinamente desde el pasado 12 de mayo, cuando se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.
Si así fuera, ya como nuevo presidente de Brasil, tiene previsto partir esta misma noche o durante la madrugada del jueves hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que supondría su estreno en el ámbito internacional, inmediatamente después de ser confirmado en el poder.
No obstante, y aunque pocos apuesten en ello, si Rousseff fuera absuelta, debería recuperar hoy mismo el poder, una vez que sea publicada la sentencia.
En ese caso, Temer volvería a ocupar la vicepresidencia, lo que todos los analistas consideran absolutamente inviable, debido a su pública y enconada enemistad con Rousseff, que lo acusa abiertamente de “golpista” y lo considera el “jefe de la conspiración” que, según ella, pretende despojarla del mandato que le dieron las urnas