El sentido de colectividad y enfrentamiento del COVID 19

El sentido de colectividad y enfrentamiento del COVID 19

TAHIRA VARGAS GARCÍA

La vida social en los estratos pobres tanto en comunidades rurales como barrios urbano-marginales esta caracterizada por la solidaridad. El apoyo y la solidaridad se expresan en el tejido social con la conformación de redes sociales que se estructuran a partir de distintos tipos de actividades como las siguientes:

1. Actividades domésticas. El lavado, la preparación de los alimentos y la limpieza cuenta con el apoyo entre vecinas que se manifiesta en el préstamo de objetos y de electrodomésticos

2. Salud y enfermedad. El apoyo y la solidaridad en los casos de problemas de salud y enfermedad que ofrecen la gente a una vecina o un vecino es muy variado. Este apoyo se muestra en :

Ø Préstamo de medicinas o de dinero para comprarlas

Ø Elaboración de remedios caseros

Ø Acompañamiento al médico en casos de emergencia

3. Apoyo en casos de muerte. Cuando se muere una persona todo el vecindario acude a apoyar la familia para suplir necesidades afectivas y de acompañamiento durante los 9 días. Igualmente se produce el apoyo económico con la recolecta en el barrio para la compra de la caja y artículos necesarios para el funeral, así como para la celebración de los 9 días. La celebración de la muerte es un acontecimiento de mucha trascendencia en la vida cultural de la sociedad dominicana y el vecindario entra en “luto” en solidaridad con la familia afectada.

Otras redes de apoyo y solidaridad se muestran en actividades como: cuidado de niños y niñas, situaciones de emergencia (incendios, ciclones, inundaciones), celebración de fiestas entre otras.

La solidaridad en nuestros barrios urbano-marginales es muy variada y muy amplia y está presente implícitamente en las pautas sociales de convivencia. La gestión de la vida y de las condiciones básicas para vivir en el barrio cuenta con las redes de apoyo en su interior y estas redes le dan un carácter distinto a la existencia.

En medio de la situación de emergencia que se vive en las comunidades pobres tanto urbano-marginales como rurales por la presencia del COVID 19 se hace necesario que las intervenciones tomen en cuenta la presencia de este tejido social con liderazgo fundamentalmente femenino e informal y lo fortalezcan porque así se garantiza una mayor cohesión social en las comunidades y se logra una mejor salud mental en la población que reside en ellas. Fomentar la alegría desde actividades culturales que se desarrollen desde el hogar, pero en coordinación colectiva contribuiría a disminuir el ambiente de pánico y tristeza que genera el confinamiento, la cuarentena y la crisis socioeconómica provocada por la incertidumbre.

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