Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto. 2 Reyes 23:21
¿Debe el pueblo y en especial el cristiano celebrar la Pascua? Hay tres pasajes que de entrada nos señalan que si: Jesús ha venido a darnos vida en abundancia (Juan 10:10); y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia (Colosenses 3:23); y tercero, nuestra pascua es Cristo, y ya fue sacrificada. Así que debemos aprovechar esa ocasión para celebrar la fiesta de pascua, pero no con malicia y maldad, sino con sinceridad y verdad (1 Corintios 5:7-8).
El rey Josías había dispuesto celebrar la pascua; hacía tiempo que no se hacía en su tiempo, desde los tiempos que los jueces gobernaban en Israel, ni en los tiempos de los reyes en Israel y Juda. (1 Reyes 23:22).
Y lo primero que decidió Josías fue barrer a los encantadores, adivinos, terafines y todas las abominaciones. La Pascua era el símbolo de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud, de su salida de Egipto para convertirse en la nación libre y escogida por Dios. (Exodo 12)
Y se relaciona esa fiesta judía cuando Dios decidió enviar la plaga de la muerte de los primogénitos en Egipto, y los que tuvieran la mancha de la sangre del cordero colgada en las afueras de sus casas (en un dintel), la muerte pasaría por encima y no entraría a sus hogares; la plaga no tocaría a los hijos de Israel. Y así fue. (Exodo 12:23).
Hay razones de más para celebrar la Pascua. Jesús fue el primero que expresó un gran deseo en participar de la pascua con sus discípulos.(Lucas 22:15).
Sería la última en la tierra del Hijo de Dios; ya le tocaría el padecimiento que lo conduciría a la muerte en la cruz. Él sería el cordero; la ofrenda, la víctima del sacrificio. Jesús instituyó la celebración de la pascua y de la santa cena para recordemos el sacrificio que hizo en la cruz fue para perdonar y quitar nuestros pecados; “haced esto en memoria de mí”, para que cuando compartamos el alimento, el pan, y la copa, es el nuevo pacto en su sangre; y para cuantas veces lo hagamos, sea “en memoria de mí”. (1 Corintios 11:24).
Se trata de recordar la muerte y resurrección de Cristo. Es el verdadero sentido de la Pascua; y no es cuestion solo de un dia o una noche, sino un estilo de vida.