Debe disponerse la recurrencia, que una embajada represente dos países
El servicio exterior es una de las prioridades a reformar por nuestro presidente Luis Abinader, presumo asesorado por veteranos en esos menesteres, comenzando por disponer las recurrencias en embajadas, de manera que un embajador nos represente ante dos países.
El Estado de Israel, con un PIB mucho mayor que el nuestro, su embajador en Estados Unidos es concurrente en Naciones Unidas, y el de Turquía en Venezuela concurrente en RD, ejemplos que podríamos imitar, y así múltiples casos.
Países que no significan dividendos para el nuestro donde tenemos embajadores, debieran sustituirse por cónsules honorarios.
Es de presumir que las vagabunderías de gobiernos anteriores recientes designando decenas de vicecónsules sin funciones y altas remuneraciones, y otros corruptos que cobraban aquí ausentándose de sus destinos, el canciller Roberto Alvarez seguro descontinuó.
Ahora voy con la calidad de embajadores que obligatoriamente debemos disponer, entendiendo enorme equivocación anular embajadores difíciles de superar, como José Manuel Castillo Betances (Víctor), en Rusia, egresado Universidad Patricio Lumunba, condiscípulo del actual canciller Sergei Lavrov, y Rodrigo Rodríguez Huertas en Madrid, un súper embajador con un curriculum imposible de saltarlo un chivo asustado.
Por suerte son conservados Federico Cuello Camilo, Aníbal de Castro, Virgilio Alcántara y Bruni Garabito, incorporando a Miguel Angel Prestol, Juan Bolívar Díaz, Andrés L. Mateo y Tony Raful, dejando fuera al veterano Guarionex Rosa, y Luis González, brillante internacionalista y sinófilo.
El canciller Alvarez debería ponderar estas sugerencias, en seguridad de que serán beneficiosas para el país.