El sesgo político en lo económico

El sesgo político en lo económico

Uno de los efectos más perniciosos que acarrea nuestra economía es el matiz político que se le atribuye a toda acción o función pública.

No hay paso alguno que se dé en aras de mejorar una infraestructura, lograr progresos en la administración del Estado o enmendar errores, en los que el gusanillo político  esté ausente.

Atribuimos fin político a cuantas iniciativas se adopten desde el poder, aún fueren destinadas éstas a satisfacer una imperiosa necesidad comunitaria.

Le cargamos el dado proselitista a cualquier proyecto encaminado a resolver un reclamo añejo.

Es que estamos tan acostumbrados a que el laborantismo político nos arrope, que nada percibimos con sanas intenciones.

Vivimos tan inmersos en la política los 365 días del año, que nos asaltan siempre las dudas cuando nos llega una noticia positiva.

Tan inundados estamos por el populismo, que apenas nos dan el espacio necesario para acoger las buenas nuevas con alegría.

Nos han engañado tantas veces desde los estamentos políticos, que han terminado por convertir la esperanza en frustración, el sueño en pesadilla, la ilusión en decepción.

El país requiere de renovados aires de confianza, de fe, de esperanza en el futuro.

Se necesitan mensajes de paz, palabras de aliento que nos hagan sentir que pasamos de la prédica a la práctica.

En estos días en que nos re-encontramos con la gran familia, ¡qué bueno sería que nos cambien el semblante!

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