A juicio de la doctora Ana Simó los envejecientes dominicanos no tienen ni disfrutan una vida sexual plena, en tanto la ciencia confirma que seguir activo ayuda a envejecer de manera saludable
POR MARGARITA QUIROZ
Cuando somos adolescentes o ya adultos, por lo general, ponemos en tela de juicio el hecho de que nuestros padres y abuelos, con todos los achaques que traen los años, sigan disfrutando bajo las sábanas.
Es decir, la creencia popular es que cuando una persona entra en años debe ponerse en su puesto. La sociedad se encarga de poner límites y el envejeciente al entender que estos son los patrones establecidos, simplemente acata.
En la República Dominicana, como en muchos otros países subdesarrollados, en torno al tema de la sexualidad en personas mayores persisten muchos tabúes, dignos de un profundo análisis psicológico y sociológico.
En el caso de la mujer cuando enviuda, por ejemplo, los hijos se encargan de planificarle la vida y tras un consenso familiar dictaminan: a mamá ahora le toca cuidar a los nietos. Cuando el caso es el hombre, la versión, por supuesto, es otra, y los hijos enfatizan en decir: papá, usted tiene que rehacer su vida. Es como si se entendiera que la vida independiente para estas personas terminó y los hijos deben y tienen que tomar las riendas de sus vidas.
Esto no es lo correcto. Ana Simó, psicóloga sexual, al referirse al tema afirma que los dominicanos, durante esa etapa de la vida, no disfrutan de una vida sexual a plenitud. La especialista, ante la escasez, en el país, de estudios que hablen de la vida íntima de las personas mayores y la frecuencia con la que tienen sexo, afianza su aseveración en base al número de pacientes que recibe diariamente en consulta.
Estudios realizados en España referentes a la vida íntima de los mayores de 65 años muestran que el deseo sexual disminuye con los años, pero no desaparece. Señala, además, que para envejecer de una forma saludable hay que hacer ejercicio, comer equilibradamente y practicar sexo.
Las relaciones íntimas reducen la depresión en un 50%, combaten la ansiedad y mejoran el tono muscular y cardiaco. La ciencia avala que seguir activo ayuda a envejecer de forma saludable.
Todos estos datos son confirmados por la especialista dominicana quien explica que tener coito es un ejercicio cardiovascular.
El sexo ayuda a preservar la salud física y psicológica, de ahí -de acuerdo a Simó- la importancia de su práctica durante esta última etapa de la vida.
Cuando una persona entra en edad se siente sola; llega la jubilación, los hijos se van de casa (lo que se conoce como nido vacío), y entiende que es un ente inútil, dice.
Por el contrario señala- cuando envejece y continúa con una vida sexual activa esa persona se siente valorada. Si es hombre siente que está vivo, que todavía puede satisfacer a una mujer y por consiguiente ésta se siente bien.
Cómo viven el sexo los mayores
Según bien publica El Mundo en su edición digital, tras año de vacío estadístico y científico que orientara sobre la sexualidad en la tercera edad, empiezan a publicarse trabajos que exploran cómo es y cómo viven el sexo los más mayores. La revista The New England Journal of Medicine publicó un trabajo que indaga la sexualidad de más de 3,000 estadounidenses entre los 57 y 85 años.
La mayoría tiene pareja y considera que la sexualidad es una parte muy importante de su vida. La frecuencia de las relaciones disminuyen con la edad, un número importante de hombres y mujeres tienen relaciones vaginales, sexo oral y se masturba, incluso a los 80 y a los 90 años, afirman los autores del estudio realizado en la Universidad de Chicago. El 73% de esta muestra entre los 57 y los 64 años reconoce ser sexualmente activo.
Renuncia al sexo
Una de las principales razones por las que la mujer mayor renuncia a disfrutar del sexo es la disminución de la libido, producto de la carencia de los estrógenos que arrastra consigo la llegada de la menopausia.
Esto se suma, añade la doctora Simó, a las dificultades para moverse, en muchos casos la artritis, resequedad vaginal, una lenta erección, diabetes Ante todo esto, la buena noticia es que estas limitaciones se pueden suplir con medicamentos.
Las ventajas
Lo más importante es que la persona se sienta valorada, viva, útil y activa, que no solo es tocada cuando le untan mentol.
Con una vida sexual activa disminuyen los achaques propios de la edad, las crisis de depresión, mantiene un cuerpo ejercitado y previene afecciones cardiovasculares.
Al igual, cita el estudio, que se le pide al anciano que haga crucigramas para mantener su mente activa; que camine para estar en buena forma física o que se alimente adecuadamente hay que insistir que alejarse poco a poco del sexo es un obstáculo para mantener un cuerpo físico y mentalmente activo.