El SFS necesita una reingeniería

El SFS necesita una reingeniería

El Seguro Familiar de Salud (SFS) entró en servicio hace seis años, con un retraso de igual número de años en relación con el Sistema Dominicano de Seguridad. Está reconocido como  la principal conquista social de los dominicanos. Pero este instrumento tiene una connotación dual, pues a la vez que beneficia a una porción de la población, se ha constituido en un  factor de exclusión para la otra parte que no ha sido incluida. Es un precursor de  justicia social por la cobertura en salud que garantiza a sus afiliados,  pero  es también fuente de  inequidad en perjuicio de la otra parte. Y lo peor del caso es que los intereses económico incubados en él amenazan cada vez con más fuerza su permanencia.

El SFS necesita ser sometido a cambios profundos y urgentes, para evitar una degradación mayor de sus  beneficios. Hay que crear medios de protección contra elusión y exclusión, dos de los enemigos más letales de su sostenibilidad financiera. Hay que auditar de alguna manera la calidad y fidelidad de los servicios médicos, para proteger de vicios éticos a los asegurados y al propio SFS. Es preciso acelerar la inclusión de la parte no cubierta de la población, como forma de ir despejando el carácter excluyente que hasta ahora ha tenido. Hay que aumentar la ridícula cobertura  en medicamentos, estudios y procedimientos clínicos. En resumidas cuentas, el Seguro Familiar de Salud necesita una reingeniería total.

EL DENGUE NOS ATAÑE A TODOS

El ministro de Salud Pública,  Freddy Hidalgo, atribuye a una percepción el hecho de que este año se hayan registrado  más casos de dengue que en años anteriores. A su juicio, lo que ha ocurrido es que ha mejorado el sistema de información y  registro de los casos de esta enfermedad. Al margen de apreciaciones, lo cierto es que el dengue nos tiene torcido el brazo y es preocupante el número de personas fallecidas y afectadas. Esto debe obligar a rediseñar estrategias de prevención.

Como el dengue no discrimina, es necesario convencer a los ciudadanos que la mejor manera de  combatirlo es involucrándonos todos en la prevención para eliminar del entorno de nuestras casas cuanto depósito de agua pueda servir de criadero del mosquito que transmite esta enfermedad. Este es  uno de esos casos en que la gente no puede sentarse a esperar que el Estado haga todo el trabajo de prevención.

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