El vicepresidente de la República, doctor Rafael Alburquerque, que tiene la misión de hacer que funcione la política social del Gobierno, ha censurado en varias oportunidades el comportamiento de las Administradoras de Riesgos de Salud, o ARS, como se les denomina atendiendo a sus siglas.

Para un número importante de clínicas, las Administradoras de Riesgos de Salud son el escollo principal en la aplicación del seguro familiar, desde que fue puesto en vigencia.

Los médicos, por otra parte, también están en desacuerdo con el proceder de estas administradoras en lo que concierne a los beneficiarios del Seguro Familiar de Salud (SFS).

Y para colmo, hay frecuentes quejas de asegurados en el sentido de que las ARS les regatean servicios que sí están cubiertos en el SFS.

Nos parece que tanta gente no puede andar equivocada y que las ARS, que manejan miles de millones de pesos por año, están incurriendo en prácticas improcedentes y han entorpecido injustificadamente la aplicación del SFS, en perjuicio de los asegurados.

II

Nos parece que con tantos factores en contra, las ARS deberían revisar su conducta y dejarse de coartar derechos de asegurados y asumir posturas desafiantes y arrogantes que no encajan en el justo contexto de un instrumento que debe beneficiar, no perjudicar, a los beneficiarios del SFS.

No puede ser que a pacientes se les diga que determinados servicios clínicos no están cubiertos, cuando realmente están cubiertos.

No puede ser que se siga “trasladando” a beneficiarios del SFS sin consulta previa y mucho menos consentimiento de los interesados.

Hay que luchar por la armonía de todos los actores de la seguridad social, y en este particular a las ARS les corresponde una buena cuota de esfuerzo, por ser la parte de conducta más cuestionada.

Es bueno que se agoten los recursos del diálogo para que el SFS pueda llenar su cometido sin los sobresaltos actuales, pero si por desgracia falla el diálogo, hay que hacer al pie de la letra lo que dice la ley sobre la materia, para ajustar las conductas de cualquier sector que se aparte de las normas.

Expo Cibao
La XX versión de Expo Cibao es una demostración del optimismo del empresariado de una región cuya economía ha sido abatida severamente por la crisis en las zonas francas textiles, que ha significado pérdida de decenas de miles de empleos, y cuando existe la  amenaza de hundir, virtualmente, su industria tabacalera por medio de impuestos en los Estados Unidos.

Más que una tradición de décadas, este montaje se corresponde con los más modernos criterios de promoción de ventas y posibilidades de inversión, que tienen en las ferias y muestras colectivas de productos una de sus estrategias más apreciadas.

Bienes y servicios de la más variada gama son expuestos a un público en el que hay compradores, críticos, buscadores de oportunidades de negocio, potenciales inversionistas procurando asociarse.

Expo Cibao debe estimular en otras regiones del país el optimismo necesario para decidirse a montar exhibiciones de sus géneros de producción  en términos regionales, con la seguridad de que este tipo de eventos siempre genera beneficios.