El silencio: un arma de doble filo que mata

El silencio: un arma de doble filo que mata

Cual si fuésemos una sarta de idiotas amnésicos que nunca recordarán nada y dejarán pasar sin más, las autoridades dominicanas (gubernamentales y municipales) juegan a callar. No importa de qué hablemos o qué nos interese saber: la consigna, en todo momento, es callar.

A veces, sin embargo, por aquello de que la prensa jode demasiado, usan la técnica del mareo: se adjudican responsabilidades unos a otros y todo queda en la más absoluta nada. ¿Quién pierde? El ciudadano, cuyos problemas no se resuelven.

Uno de los ejemplos más obvios de esto es el del zoológico de Moca: Medio Ambiente se limpia las manos, aunque es su responsabilidad, y dice que Educación lo convertirá centro de educación ambiental. Mientras Carlos Amarante Baret afirma que construirán dos aulas. ¿Cuándo lo hará? ¿Salvarán a los animales? Nadie lo dice. Tampoco sabemos qué piensa Roberto Salcedo sobre el deterioro de El Conde o Juan de los Santos sobre el abandono de su municipio.

Pero para marear de verdad está la gente de Palacio. Ahora, para hacer el trabajo de los periodistas más emocionante, no permiten que salgan de los lugares antes que el presidente Danilo Medina. ¿Qué buscan con eso? ¿Es que nadie se puede acercar al gran “mecenas” que nos gobierna? ¿Qué temen? ¿Qué no quieren que le pregunten?

Ay, cuánto aman los peledeístas el silencio. Tal vez crean que, al asirlo con fuerza, podrán evitar que la gente piense. ¡Qué equivocados están! El silencio siempre es un arma de doble filo y, generalmente, mata.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas