El síndrome de deuda,  el FMI y el daltonismo

El síndrome de deuda,  el FMI y el daltonismo

Por Luis Manuel P.
El primer acuerdo financiero del país con el FMI ocurrió al final del régimen dictatorial de Trujillo, debido a la insuficiencia de reservas internacionales para realizar los pagos en el exterior. Este acuerdo no se cumplió desde sus inicios, cayendo el régimen a los pocos meses. También se negoció otro durante el Triunvirato por la misma causa de restricciones en los pagos externos, poco tiempo antes del inicio de la revolución de abril del 1965.

Durante el periodo de los 12 años de Balaguer del 1978 al 1982, nunca se realizó un acuerdo financiero con el FMI, y la deuda externa aumentó en un promedio anual de US$69 millones, pese haber heredado el deterioro económico que produce un conflicto armado.

Durante el periodo 1978-1982 el valor de la deuda externa pública pasó de US$940 millones a US$2,635 millones, arrojando un promedio anual de aumento de US$ 412 millones, multiplicándose el promedio por 6 veces en relación al de los doce años precedentes. Tal fue el desastre en materia de endeudamiento y de carencia de reservas en el Banco Central, con todas las fuentes externas de financiamiento cerradas que heredó el gobierno del PRD surgido de las urnas el 16 de mayo del 1982 de otro gobierno del PRD, que no tuvo mas alternativa que firmar tres acuerdos con el FMI durante el periodo 1983-86, para renegociar dos veces la deuda con el Club de Paris y con la banca internacional, y permitir de nuevo reconstruir las reservas del Banco Central y que el país tuviera acceso a recursos externos para su financiamiento comercial privado.

Durante el periodo 1986-90 del gobierno del PRSC, el país cayó en atrasos de pagos hasta con el FMI, teniendo el record histórico de ser el único en América Latina, terminando con reservas negativas, aun sin pagar la deuda, y desde el 1991 hasta el 1993, tuvo que arribar a dos acuerdos financieros con dicho organismo, para reestructurar sus cuantiosos atrasos con todos los acreedores y abrir de nuevo la economía a los capitales financieros internacionales.

Debido al costoso aprendizaje en los primeros cuatro años de su periodo gubernamental de 10 años, en la aplicación de su máxima fullera de que “la deuda vieja no se paga y la nueva hay que dejar que se ponga vieja”, el régimen de Balaguer redujo la deuda de US$ 4,614 millones a finales del 1991, a US$ 3,880 millones al dejar el gobierno a mediados del 1996, aumentando las reservas internacionales y la economía real.

El primer gobierno del PLD continuó reduciendo la deuda, dejando su monto en US$ 3672 millones, impulsando el más elevado crecimiento económico desde la década de los años setenta, aunque al finalizar las reservas comenzaron a reducirse al no aplicar el ajuste en los precios internos que demandaba el aumento en los precios internacionales del petróleo.

Durante los últimos siete años de la pasada década se redujo la deuda externa, aumentaron las Reservas Internacionales del Banco Central y no hubo necesidad de acuerdos financieros con el FMI.

Durante el primer año del gobierno anterior se aplicó un fuerte ajuste fiscal que permitió recuperar las reservas internacionales. Estos resultados junto a los fuertes crecimientos de la economía durante el ultimo lustro de la década anterior, y los bajos coeficientes de pagos que mostraba el país en sus obligaciones externas en relación a los ingresos en divisas, el PIB corriente y el presupuesto, por la significativa reducción del saldo de la deuda externa ya señalado y el dinámico crecimiento económico, le facilitó el camino al gobierno del PRD en la emisión de sus primeros bonos soberanos para enfrentar los efectos negativos sobre los ingresos de divisas al país, provocados por la desaceleración de la economía internacional y el ataque terrorista del 11 de Septiembre.

Pero desgraciadamente para el país, a otro gobierno del PRD le volvió a picar el síndrome de la deuda externa, y la elevó de US$ 3,672 millones a mediados del 2000 a US$ 6,332 millones a mediados del año 2004, logrando un record histórico en el promedio anual del endeudamiento externo del país de US$ 665 millones.

Con el ingreso de los bonos soberanos las Reservas Internacionales Netas del Banco Central al mes de septiembre del 2001 se elevaron a US$ 996 millones, reduciéndose un año después en US$ 535 millones, un valor mayor al monto ingresado por dichos bonos. Una importante caída en las reservas que se produce en una fecha anterior al inicio de la crisis bancaria, caída provocada por la fuerte expansión del gasto público, y el inicio de la acelerada salida de capitales privados por la desconfianza ciudadana en las ejecutorias de las políticas públicas.

Lo que demuestra que ya la crisis de balanza de pagos venia incubándose, hasta el punto de que la cuenta de errores y omisiones arrojó en el año 2002 un saldo negativo de US$ 967 millones duplicando el saldo del 2001. Y esta cuenta refleja principalmente salida de capitales y cuando hay desconfianza en los capitales privados mayor es su valor negativo.

Cuando es llamado al país el FMI a mediados del año 2003, ya el ajuste por el lado del gasto del sector privado se venia efectuando vía la devaluación, al duplicarse  el precio de venta del dólar con relación al peso entre junio del 2002 y del 2003, reflejándose dicho ajuste en una mejoría de la cuenta corriente de la balanza de pagos de US$ 950 millones durante dicho periodo de doce meses. Pero con un balance negativo en la balanza global originada por el enorme negativo en la cuenta de errores y omisiones, producto de la salida de capitales privados.

El saldo de la deuda externa desembolsada que ha junio del 2000 reflejaba una obligación de RD$ 59,780 millones, a diciembre del 2002 ya era de RD$ 97,275 millones aumentando en 63%, a junio del 2003 era de RD$ 160,639 millones creciendo en 170% y a junio del 2004 de RD$ 253,280 millones cuadruplicándose en cuatro años, debido al aumento del 72% del saldo desembolsado de la deuda en dólares y a la devaluación de alrededor del 200%.

Por esos motivos resulta extraño el leer en un reciente artículo de un importante economista cegado por el daltonismo “que el FMI no tenia nada que buscar en el país”al referirse al año 2002,  cuando las cifras demuestran que ya a finales de ese año, nos encontrábamos en el inicio de una importante crisis de balanza de pagos reflejada en una importante perdida de las reservas, aguda devaluación, salidas de capitales por un monto significativo, rápida reducción de la dinámica económica y un monto de obligaciones de deuda externa valorada en pesos, que comenzaba a crear presiones en el presupuesto del gobierno para realizar sus pagos, como efectivamente resultó, acumulando importantes atrasos al finalizar su periodo gubernamental.

Como demuestran los hechos expuestos anteriormente desde el año 1960 hasta el presente, el FMI ha sido llamado para que acuda en auxilio del gobierno cuando las reservas internacionales  están exhausta, y las obligaciones de pagos en pesos de la deuda pública externa no permiten su realización, y se hace necesario reestructurar la misma.  También  demuestran, que aumentar el endeudamiento imprudentemente, no dinamiza a la economía sino todo lo contrario, genera desconfianza porque habrá que aumentar los impuestos al sector privado para pagarla, disminuye nuestra independencia financiera agotándose las reservas, y termina en crisis de balanza de pagos empobreciendo a nuestras clases media y asalariadas, y colocándonos en manos de los organismos financieros internacionales.

Luego, mas extraño resulta leer en dicho articulo, que “ El FMI  vino al país para mejorar la confianza entre inversionistas y consumidores, no fue para que el Banco Central aumentara sus reservas como tampoco para que el país pudiera pagar a los acreedores internacionales” cuando en párrafos anteriores había escrito que al FMI no les importa los números “ siempre que se cumpla con los acreedores internacionales “ y mas adelanta señala que vino “ para el desembolso de dinero propio, del Banco Mundial, del BID y para poder renegociar deudas con el Club de Paris”. ¿Por fin en que estamos?

Si hubiese sido para crear confianza el FMI no hubiese tenido nada que buscar en el país, pues a partir del 16 de mayo del 2004, la tasa de cambio comenzó a apreciarse rápidamente con el retorno de los capitales que ahuyentó la desconfianza desde el año 2002. Para lo que si retornó el FMI, luego de la debacle de los acuerdos del 2003 y del 2004,  fue para lograr que el gobierno actual pudiese reestructurar el lastre de una pesada deuda dejada por el anterior, que en términos de cuatro años sus obligaciones en pesos se multiplicaron por cuatro y para que gradualmente se restableciera la independencia financiera del país, con el aumento de sus reservas internacionales netas liquidas, que eran negativas al inicio del actual periodo gubernamental, y que en solo 18 meses se colocan alrededor de los US$ 1,500 millones.

Al final podrá descubrir el connotado economista, que el ajuste comenzó a producirse desde el segundo semestre del 2002 hasta mediados del 2004, y que por tanto el crecimiento del 2005 estaba garantizado con el retorno de la confianza y de los capitales, con FMI y sin FMI. Financiando estos capitales el aumento del gasto privado y por tanto el de la economía real, que demuestran tanto los indicadores externos como los internos.

Por eso los números lo han sorprendido y hasta confundido, porque su daltonismo le impide ver el color de los mismos y sus tendencias desde el año 2002 hasta el presente, y el de los maravillosos resultados que produce aplicar el efectivo modelo económico criollo del Moriviví.

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